¿Hablamos de películas malas? Pues “Superman IV: En busca de la paz” no debería faltar en vuestra lista. En anteriores ocasiones nuestra lista de peores películas de la historia del cine ha incluido “Plan 9 from outer space” de Ed Wood, “The Room” de Tommy Wiseau, “Jack y su gemela” con Adam Sandler, “Campo de batalla: La Tierra” de Roger Christian, “Supersonic Man” de Joan Piquer Simón o “Dünyayi Kurtaran Adam” de Çetin Inanç, pero la cuarta película del Hombre de Acero, perpetrada por Sidney J. Furie, no puede escaparse de este reconocimiento.
Y eso que “Superman“, la primera película del superhéroe de la capa roja y la S en el pecho, es una de los mejores films basados en personajes de DC Comics. El mejor, de hecho. En 1978 el director Richard Donner y el actor Christopher Reeves nos hicieron creer que Superman podía volar, parar un tren con las manos y detener las balas con su cuerpo. El Hombre de Acero con el rostro del añorado Christopher Reeve convenció a los espectadores de todo el mundo que él era el Superman perfecto.
Hubo una primera secuela en el año 1980 dirigida por Richard Lester, excelente, y una segunda secuela en el año 1983, también dirigida por Richard Lester, olvidable. Como ambas funcionaron relativamente bien en las taquillas de todo el mundo, se abrió la puerta a otra más, una tercera secuela en 1987 dirigida por Sidney J. Furie. La hecatombe. Lo peor de lo peor. Algo previsible si detrás de la propuesta estaba la productora Cannon Group de los israelíes Menahem Golan y Yoram Globus, que ganó mucho dinero con películas baratas pero se ganaron una fama terrible que los convirtió en el hazmerreír de Hollywood.
“Superman IV: En busca de la paz” (“Superman IV: Quest for peace“), protagonizada de nuevo por Christopher Reeve como Superman, Margot Kidder como Lois Lane y Gene Hackman como Lex Luthor, además de Jackie Cooper, Marc McClure y Mariel Hemingway, entre otros, nos contó como Superman, preocupado por la carrera armamentística entre las potencias nucleares, decide luchar activamente para lograr la concordia entre las naciones.
Es necesario recordar que la película llegó a las pantallas de cine de todo el mundo durante los años de la Guerra Fría, ese tenso enfrentamiento entre soviéticos y norteamericanos, entre el capitalismo y el comunismo, por el dominio del mundo que fue creciendo progresivamente tras la Segunda Guerra Mundial y que se alargó durante casi cincuenta años. Así, “Superman IV: En busca de la paz” nos contaba como el mundo está al borde de la III Guerra Mundial por las tensiones entre norteamericanos y soviéticos y Superman decide intervenir anunciando que destruirá todas las armas nucleares de ambos bandos. Sin embargo, el genio criminal Lex Luthor, recién fugado de la cárcel en la que fue encerrado por Superman, se involucra en el negocio del tráfico de armas nucleares y decide crear a Nuclear Man, un poderoso villano para que aniquile al último hijo de Krypton.
La cuarta y última entrega de las aventuras cinematográficas del célebre personaje de los cómics creado por Jerry Siegel y Joe Shuster es la peor de toda la saga, de largo. Seguramente no ayudó mucho el presupuesto escaso que aporto Cannon (17 millones de dólares).
Pues yo la disfruté, no me pareció tan absurda porque, bueno, ya se veía que algo raro iba a pasar.…