¿Cuál es la peor película de la historia del cine? Muchos señalan a Ed Wood y su delirante “Plan 9 from outer space” como la merecedora de tan singular reconocimiento, pero muchas otras se postulan para obtener este peculiar título como “The Room” de Tommy Wiseau, “Jack y su gemela” con Adam Sandler, “Manos: The Hands of Fate” de Harold P. Warren, la ciencia-ficción ciencióloga “Campo de batalla: La Tierra” de Roger Christian, “Mi amigo Mac” de Stewart Raffill o “Supersonic Man” de Joan Piquer Simón. Son tan malas que algunas de ellas han sido reivindicadas como títulos de culto. Y es que con las películas malas puede suceder cualquier cosa, desde que se conviertan en inesperados éxitos de público, pese a que las críticas la despedacen, hasta que sean un sonoro fracaso. Sea como sea, la mayoría de ellas no pueden evitar pasar por la gala de los Razzies, la frambuesa dorada de los anti-Oscar que premian lo peor de lo peor.
En la lista de títulos que consideramos merecedores del reconocimiento de la peor película de la historia del cine, aunque no lo parezca, hay una película española: “Supersonic Man” de Joan Piquer Simón, una versión castiza de “Superman“. Un Hombre de Acero de Hacendado. Un Superman rancio con aroma a chorizo. Protagonizada por Antonio Cantafora, Cameron Mitchell, Richard Yesterman, Diana Polakov, Quique Camoiras y José María Caffarel, entre otros, “Supersonic Man” nos contaba la historia de Kronos, un extraterrestre que es enviado al planeta Tierra para ayudar a la humanidad contra sus propias amenazas. Se instala en la ciudad de Nueva York y combate contra el siniestro doctor Gulik como Supersonic Man, con sus fantásticos poderes que le permiten volar, ser invulnerable y la peculiar capacidad de convertir las armas en plátanos.
Dirigida por el artesano del género Juan Piquer Simón, un habitual de las películas de terror y de cine fantástico de serie B, esta película de bajo presupuesto se empezó a rodar antes de que el “Superman” de Richard Donner fuera estrenada en España, con la intención de aprovechar la ocasión y presentar su alternativa ibérica del Hombre de Acero, con un ingenio encantadoramente cutre y aderezado con música discotequera de la época. Sus efectos visuales artesanales y ridículos han convertido a este film en una de esas películas que es “tan mala que es buena“, y que garantizan una buena dosis de carcajadas al espectador incauto que tropieza con ella. Como el “Star Wars” turco, la incomparable “Dünyayi Kurtaran Adam“.
Curioso porque justo ahora ando enganchado a la trilogía de los Arquitectos... y en cuanto acabe con ella iré a…