linea_separadora

En una lista de las mejores persecuciones de coches de la historia del cine siempre aparecerá “Punto límite: Cero“, y siempre por delante de cualquiera de las entregas de “Fast & Furious“. Una noticia real, una persecución automovilística que puso a la policía en jaque durante horas, fue la inspiración para el escritor, crítico y guionista cubano Guillermo Cabrera Infante para el guión de “Punto límite: Cero” (“Vanishing Point“), una historia brillante que mezcló el cine de persecuciones y la crónica contracultural que fue un fracaso en los EE.UU. (solo duró dos semanas en las salas de cine) pero que tras su éxito en Europa regresó a los cines norteamericanos como parte de un programa doble junto a “The French Connection“, cosa que acabó por convertir la película del director Richard C. Sarafian en la obra de culto que es hoy.

Protagonizada por Barry Newman (aunque su director quería a Gene Hackman), Cleavon Little, Dean Jagger, Paul Koslo, Timothy Scott y Victoria Medlin, entre otros, nos contaba la odisea de Kowalski, un ex-policía y veterano de la guerra de Vietnam que tiene que conducir, hasta arriba de anfetaminas, un Dodge Challenger blanco del año 1970 desde Denver a San Francisco, con la policía pisándole los talones y convirtiéndose por el camino en símbolo antiautoritario, de la libertad que se reclamaba en los años setenta. Un viaje sin retorno de un antihéroe, perseguido por el orden establecido y acompañado en su caída sin frenos por un locutor de radio ciego.

Richard C. Sarafian dirigió con brío notable esta road-movie que se convirtió, como hemos comentado, en un clásico hasta el punto que el director Quentin Tarantino la homenajó en la no menos imprescindible “Death Proof“, incorporando en su película al icónico Dodge Challenger blanco de Kowalski. Y su impactante final con el trágico destino de Kowalski, digan lo que digan, inspiró al de “Thelma & Louise” de Ridley Scott.

linea_separadora