Alan Moore es, sin ningún género de dudas, el mejor guionista de cómics de habla inglesa. Su excelente trayectoria está sembrada de obras que, de un modo u otro, han logrado marcar el devenir de la industria desde su irrupción, a mediados de los ochenta. Me atrevería a decir que no tiene ninguna historia mala. Mejores, y menos mejores, pero ninguna en el otro lado de la línea. Todo lo que toca es oro tanto para el aficionado como para la editorial que acoge su trabajo. Hemos perdido la cuenta de cuántas ediciones lleva en nuestro país su obra maestra “Watchmen“. O “V de Vendetta“. O “La broma asesina“. Y aunque durante los últimos años la excentricidad y sus declaraciones incendiarias hayan ensuciado su trayectoria con una capa grasienta y espesa, este guionista de guionistas, escritor, chamán, icono cultural, anarquista y misantropo es un creador único e irrepetible, con una obra propia, diferente, singular, original, sorprendente, única, pero con un estilo ‘Moore’ siempre reconocible.
“La balada de Halo Jones” es una de las primeras obras maestras de Alan Moore. Publicada originalmente de forma serializada, en capítulos de cinco páginas, en la popular revista británica “2000 A.D.“, nos contaba como cuando Halo Jones se aburre con su vida en The Hoop, un mundo futurista donde los empleos son escasos y la emoción no existe, se dispone a salir a la galaxia pero, ¿podrá sobrevivir a las altas y bajas que se encuentra en el camino, incluyendo un periodo prolongado como servidumbre a bordo y otro en una guerra terrible? Halo Jones es una mujer joven, normal y corriente, en el quincuagésimo siglo y su balada es una historia sencilla, que empieza con el día a día cotidiano en una sociedad del futuro que sirvió al guionista para juzgar con fina ironía y su particular sentido del humor a la sociedad occidental de principios de los años ochenta, coincidiendo con la etapa más dura del thatcherismo en Gran Bretaña. Y es que Halo Jones es una joven en paro (llamados eufemísticamente en el cómic “crecientes ciudadanos del ocio“), que comparte piso con tres amigas en The Hoop, flotando sobre Manhattan, y vive del subsidio de paro en un barrio degradado repleto de asesinos, ladrones y delincuentes, humanos o alienígenas, aunque la historia toma luego otros derroteros y lleva a la heroína a un crucero interestelar o incluso a alistarse en el ejército terrestre. Lamentablemente, las disputas por la propiedad intelectual en las que tan a menudo se ha metido Moore dejaron esta magnífica obra tan adelantada a su tiempo sin terminar.
“La balada de Halo Jones” es uno de los clásicos imprescindibles del guionista británico Alan Moore, antes de cruzar el charco para poner patas arriba el mundo del cómic en los EE.UU. y no deja de sorprender que un clásico de la ciencia-ficción distópica de los años ochenta sea una obra tan cercana a los acontecimientos diarios que nos está tocando vivir en la segunda década del siglo XXI, pero lo cierto es que la conflictiva Gran Bretaña de Alan Moore de 1984 no es tan distinta de la Europa en crisis, económica y socialmente, y con aromas neofascistas que estamos viviendo hoy… aunque su “V de Vendetta” acertará aún más lo que se nos viene encima.
“La balada de Halo Jones” ha sido editada en castellano en numerosos formatos distintos, y por distintas editoriales. La última de ellas, Norma Editorial. Además ha sido adaptada al teatro e incluso el grupo musical pop Transmision Vamp, popular a mediados de los años ochenta, le dedicaron una canción, titulada “Hanging out with Halo Jones“.
Pues de empatía con las pelis de zombies entre 0 y nada, así que hice bien en no verla. Y…