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El escritor cubano Guillermo Cabrera Infante figura entre los más destacados autores del éxito de la literatura hispanoamericana a partir de los años sesenta. El autor de “Tres tristes tigres“, “Arcadia todas las noches” y “La Habana para un infante difunto” fue una figura polémica en su país de origen, pues rompió con el régimen de Fidel Castro y se convirtió en una personaje denostado en la isla por su exhaustivo repaso de los abusos y excesos del castrismo en su obra desde el exilio. Una obra, por cierto, que también incluye el cine y de forma muy central: Guillermo Cabrera Infante fue un apasionado cinéfilo toda su vida, trabajó como crítico cinematográfico, escribió mucho acerca del medio (indispensables sus “Escritos de cine“) y también algunos guiones. Entre ellos el de “Punto límite: Cero“, que se convirtió en un film de culto al poco de su estreno.

Punto límite: Cero” (traducción torpe de “Vanishing Point“, que literalmente sería “Punto de fuga”), dirigida por Richard C. Sarafian y protagonizada por Barry Newman, Cleavon Little, Dean Jagger, Paul Koslo, Timothy Scott y Victoria Medlin, es una película del año 1971 que, partiendo del esquema clásico de las ‘road movies’, ofrece la historia de Kowalski, un veterano de Vietnam y ex-policía que trabaja en un negocio de alquiler de vehículos, sin futuro alguno y sin nada que perder, que tratará de conducir un Dodge Challenger R/T 440 Magnum blanco de 1970 desde Denver a San Francisco en menos de 15 horas. Para conseguir su objetivo deberá pisar el acelerador a fondo, esquivar todos los obstáculos que encuentre y no parar en ningún semáforo. Gracias a un locutor de radio ciego, que le guiará gracias a que escucha la frecuencia de la policía, Kowalski se acercará a su objetivo.

El solitario camino de Kowalski a través de la Ruta 66 en Nevada hará que se vaya encontrando con todo tipo de personajes, como un viejo buscador de petróleo o una motorista desnuda, así como un montón de policías: unos intentarán competir con él; otros, directamente, detenerlo. Y como no se detiene ante nada ni ante nadie, ni siquiera ante la policía, la película se convirtió en un símbolo de la contracultura y el inconformismo. Pero el éxito no fue inmediato, pues en los EE.UU. se estrenaba en una sesión doble antes de “French Connection“, como una simple telonera que despertaba poco interés por parte de los espectadores, en Inglaterra se convirtió en un fenómeno, aclamada por la crítica y con largas colas de espectadores a la puerta de las salas de cine. Solamente entonces, con el éxito en Europa confirmado, los norteamericanos comenzaron a interesarse por la película.

En la película “Death Proof“, Quentin Tarantino quiso rendir homenaje a “Punto límite: Cero” cuando sus protagonistas buscan expresamente un Dodge Challenger blanco del año 1970.

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