linea_separadora

No hay mejor descripción para Joe Dante que decir que fue un artesano del cine fantástico. Responsable de joyas de los años ochenta como “Gremlins“, “Exploradores“, “El chip prodigioso” o “Pequeños guerreros“, el cineasta de New Jersey cuenta con una carrera repleta de films de auténtico culto que se podría decir que eran películas de miedo pensadas para un público que ya no son niños pero tampoco aún adolescentes. Esa tierra de nadie complicada. La premisa de Dante para hacer cine era bien sencilla: “Si tienes una habitación a oscuras y no te digo o enseño qué hay ahí, tu imaginación va a llenarla siempre de algo mucho más terrorífico de lo que yo pueda encerrar en ella.

Gremlins” fue sin duda una de las películas insignia del cine de los años ochenta. Con Chris Columbus de guionista, Jerry Goldsmith encargado de la banda sonora, Steven Spielberg de productor, protagonizada por Frances Lee McCain, Glynn Turman, Hoyt Axton, Phoebe Cates, Polly Holliday y Zach Galligan, nos contaba como Rand Peltzer, un inventor que regresa a casa tras un viaje de negocios, quiere llevarle un regalo especial a su hijo por Navidad y lo encontrará en una tienda de antigüedades de Chinatown. Un regalo que nunca olvidará. “Manténgalo lejos de las luces brillantes. Nunca lo moje. Y lo más importante, por mucho que llore, por mucho que suplique, nunca, nunca debe comer después de medianoche.” Con estas misteriosas instrucciones, el joven Billy Peltzer recibe a su nueva y cariñosa mascota: el mogwai Gizmo. Pero Billy va a recibir mucho más de lo que esperaba de su extraño y travieso animalito. No cumplir con las reglas le va a salir muy caro a el, a su familia y a sus vecinos…

Gremlins” era, y sigue siendo, una comedia de terror deliciosa, construida sobre esa criatura aparentemente inofensiva y los monstruitos verdes que se convertirán en unos auténticos gamberros hijosdeputa y que llevarán el caos y la destrucción a Kingston Falls, una pequeña y tranquila localidad típica del corazón de los EE.UU. como todas aquellas donde siempre empiezan las películas norteamericanas del género, como Haddonfield en “Halloween”, Dante’s Peak, Crystal Lake en “Viernes 13”, Springwood en “Pesadilla en Elm Street“, Lillian en “Super 8”, Twin Peaks o Hill Valley en “Regreso al Futuro”.
La película también fue un hito en el uso de los efectos especiales. Chris Wallas, creador y animador de las marionetas y animatronics que se utilizaron para dar vida a Gizmo y a sus malvados hermanos, ganó el Premio Saturn a los mejor efectos visuales por su trabajo en la película. Hay que recordar que en esa época no había CGI y las marionetas eran un buen sistema para crear monstruos y criaturas fantásticas. De hecho los de “Gremlins” costaban cada uno entre treinta y cuarenta mil dólares.

Concebida como una película navideña, “Gremlins” se estrenó en temporada veraniega, y la cosa funcionó pese a que se enfrentaba a “Superdetective en Hollywood“, “Cazafantasmas” o “Indiana Jones y el templo maldito“: con un presupuesto de menos de 10 millones de euros, el film logró recaudar 135,8 millones de euros en todo el mundo, convirtiéndose en una de las películas más rentables de la década. Peor le fue a la secuela (“Gremlins 2: La nueva generación”, del año 1990), que solo recuperó 36,8 de los 44,4 millones de euros de su presupuesto.

Dicho todo esto, una reflexión final: el Baby Yoda de “The Mandalorian” es una copia de Gizmo. No tengo ninguna prueba, pero tampoco ninguna duda.

linea_separadora