El balance de la reciente cumbre del clima de Glasgow que hacen todos los expertos y todos los medios de comunicación del mundo es desalentador. La COP26 se cerró con el reconocimiento por parte de casi todos los países participantes de que los esfuerzos que están previstos para frenar el calentamiento son insuficientes. Nos estamos muriendo y los políticos siguen bailando al son de la música de una orquesta a la que no tendrían que escuchar.

El Ministerio del Futuro es una obra maestra de la imaginación. Narra a través de testimonios ficticios cómo nos afectará a todos el cambio climático. Su visión no es la de un mundo desolado y apocalíptico, sino la de un futuro que ya se nos echa encima… y cuyos desafíos tal vez consigamos superar por los pelos.
Es una novela actual e impactante, descorazonadora y esperanzadora a partes iguales, y es uno de los libros más poderosos y originales que jamás se hayan escrito sobre el cambio climático.
Creado en el año 2025, el objetivo del nuevo organismo era sencillo: Defender a las futuras generaciones de la humanidad y proteger a todos los seres vivos, del presente y del futuro. Enseguida empezó a ser conocido como el Ministerio del Futuro, y esta es su historia.
Narrada enteramente a través de los testimonios de testigos directos ficticios, El Ministerio del Futuro es una obra maestra de la imaginación, el relato de cómo el cambio climático nos afectará a todos a lo largo de las próximas décadas.

La cumbre internacional del clima de Glasgow del mes de noviembre de 2021 cerró con una declaración final que instaba a los países que participaron en estas negociaciones de la ONU, y que forman parte de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, a incrementar en el año 2022 sus objetivos de recorte de emisiones para esta década. Como se esperaba, de esta cumbre internacional no había salido la solución al cambio climático, un problema terrible con evidencias científicas sólidas al que algunos todavía señalan como un fenómeno circunstancial o incluso un bulo. Y mientras los burócratas siguen discutiendo entre canapés y copas de champán sabemos que la situación actual sin cambios drásticos nos llevará directos a un incremento de la temperatura superior al necesario, porque los recortes de los gases de efecto invernadero son insuficientes.

Es un hecho que el Cambio Climático, en mayúsculas, es una de las mayores amenazas a las que se enfrenta el planeta. Como mínimo la más real y cercana, y nos afecta a todos sin discriminar la riqueza, la raza, la religión o la orientación sexual. El mundo necesita evitar que la temperatura media del planeta no supere los dos grados centígrados, respecto a los niveles preindustriales, y en la medida de lo posible que no rebase el grado y medio. Y vamos mal. Lo sabemos todos, y lo tiene muy claro el prestigioso escritor Kim Stanley Robinson, uno de los maestros de la ciencia-ficción ‘dura’ que sigue al pie del cañón, heredero de ese espíritu, entre ingenuo e idealista, de los primeros maestros, de Isaac Asimov, de Robert A. Heinlein, de Ray Bradbury o de Arthur C. Clarke.

Kim Stanley Robinson es un autor reconocido gracias a una extensa bibliografía que se ha ubicado principalmente en el género de la ciencia-ficción, a menudo con referencias a la ecología y la sociología. Está considerado uno de los clásicos contemporáneos del género con obras como la trilogía de Marte (“Marte Rojo“, “Marte Verde” y “Marte Azul“), “2312“, “El sueño de Galileo“, “Aurora” o “Tiempos de arroz y sal” que le han valido prestigiosas distinciones, como los premios Asimov, Hugo, Locus, Nebula, nuestro Ignotus, el John W. Campbwell o el World Fantasy Award. En 2016 le concedieron el premio Heinlein Award en reconocimiento a una vida dedicada a la ciencia-ficción. Y en “El ministerio del futuro” (“The ministry for the future“), publicado originalmente por Orbit en el año 2020 y que nos llegó en castellano de la mano de Minotauro en junio de 2021, explora uno de los asuntos sobre los que más ha escrito en la última década: el cambio climático y el calentamiento global. Eso lo ha convertido en uno de los principales exponentes de la llamada ‘climate fiction‘.

Sobre estos asuntos Stanley Robinson siempre se ha posicionado a favor de las acciones directas para corregir la situación, y defiende con firmeza, incluso con vehemencia, la necesidad de limitar las emisiones de gases de efecto invernadero. Su serie “Ciencia en la capital” o la trilogía de Marte, a su manera, ya nos hablaba de ellos. La novela “2312” exploraba los efectos perjudiciales a largo plazo del cambio climático, y en un ejercicio de anticipación ya nos avisaba que éste provocaría escasez de alimentos, inestabilidad social y política en todo el mundo, una extinción masiva y el aumento del nivel del mar que hundiría bajo las aguas muchas ciudades costeras importantes. Y volvió a insistir en ello en “New York 2140“, ambientada dentro de un siglo en la ciudad de Nueva York, amenazada por un aumento del nivel del mar que sumergía la mitad de la populosa metrópolis bajo las aguas.

La historia de “El ministerio del futuro” está centrada en una organización internacional ficticia, creada siguiendo los dictados de los Acuerdos de París del año 2025, durante una futura conferencia celebrada en Bogotá (COP29), cuya misión es salvaguardar los derechos de las futuras generaciones de ciudadanos del mundo que están amenazados por las decisiones que se toman en el presente y que afectan al cambio climático. Este organismo es conocido popularmente como el Ministerio del Futuro. El relato empieza en un futuro no muy lejano en el que los efectos del cambio climático empiezan a ser más evidentes y en el que millones de personas mueren a causa de una ola de calor en la India y, a partir de aquí, el relato se construye sobre los testimonios de personas de todo el mundo que afrontan los desafíos del cambio climático y dos o tres personajes principales que tienen la capacidad de incidir directamente sobre ello, como Mary Murphy, la directora del Ministerio del Futuro, y Frank May, un cooperante norteamericano que queda traumatizado como consecuencia de su experiencia durante la ola de calor, a la que sobrevivió a duras penas. El autor nos cuenta su lucha por el futuro inmediato, y nos ofrece su particular receta para cambiar la situación, ideas que parecen tan posibles y reales como determinados impuestos sobre el carbón (la criptodivisa carboncoin), la geoingeniería, el ‘rewilding‘, el uso de códigos abiertos, nuevas reglas de fiscalidad, la desaparición de los paraísos fiscales,… y otros tan drásticos pero efectivos como ataques terroristas selectivos contra los aviones, los barcos mercantes y las industrias contaminantes. Puede que algunas de sus propuestas parezcan demasiado inverosímiles para creer en ellas, pero otras deberían merecer cierta atención por parte de los expertos en el asunto porque son plausibles.

Hay que señalar que “El ministerio del futuro” no es una distopía sino una utopía. Es una obra esperanzadora que ofrece herramientas para cambiar el mundo desde hoy mismo y no parece que la Kim Stanley Robinson sea un escritor que predique con la desesperanza desde la ficción sino que su novela es constructiva y optimista, pese a que su punto de partida sea oscuro y aterrador. Es una advertencia, pero también podría ser ‘hopepunk‘: la esperanza como motor narrativo. En sus novelas se abordan acontecimientos de ciencia-ficción como la terraformación de Marte, una ciudad de Nueva York parcialmente inundada, o la vida en la Luna desde una perspectiva técnica, científica e incluso legislativa, y las mismas herramientas son las que utiliza para “El ministerio del futuro” aunque no evita la reflexión ética sobre las decisiones que se toman.

En conclusión, pienso que las seiscientas paginas y el centenar de capítulos de “El ministerio del futuro” tendrían que ser una lectura obligada para todos los gobernantes mundiales, puesto que la obra esta repleta de recados, mensajes, avisos y amenazas sobre lo que pasará si no hacen bien su trabajo. Porqué, ya lo sabemos, no lo están haciendo bien y al final todos nos tendremos que convertir en activistas climáticos radicales para obligarlos a tomar las decisiones correctas.

El ministerio del futuro
Autor: Kim Stanley Robinson
Traducción: Simon Saito
Colección: Biblioteca Kim Stanley Robinson
Fecha de publicación: Junio de 2021
ISBN: 978-84-450-0983-3
Formato: 15x23cm. Rústica con solapas
Páginas: 576
Precio: 21,95 euros