Buscar, a lo largo de diez años, entre los mejores cómics que han visto la luz significa un trabajo mucho más árduo y complicado que reseñar un buen título. Es una nueva visita personal y reposada a las obras que aplaudimos antaño. Una revisitación, en realidad. Constar en esta lista significa que el cómic tiene que haber superado el momento y el contexto en el que fue creado, y se trata de valorar el envejecimiento, pero también la vigencia, la actualidad, de un proyecto ideado tiempo atrás.
“Saga” (Brian K. Vaughan y Fiona Staples, Planeta Cómic)
En Saga seguimos la historia de Alana y Marko, una pareja que encuentra el amor entre el caos de la guerra y forma una familia con el nacimiento de su hija. Su objetivo: dejar todo atrás, arriesgando todo lo que tienen en su vida para traer una nueva a este peligroso y antiguo universo. Así empieza una de las odiseas más memorables del noveno arte.
“El invierno del dibujante” (Paco Roca, Astiberri Ediciones)
Paco Roca investiga la salida de los autores estrella de la editorial Bruguera para fundar, en tiempos oscuros, una revista que les hiciera más libres.
La vida en Bruguera con la dictadura de Franco como telón de fondo y la salida de sus dibujantes estrella para fundar Tío Vivo, una nueva revista que les permitiera conseguir mayores recursos, mantener el control creativo de sus personajes, etc. –lograr una mayor libertad, en definitiva–, como metáfora del régimen franquista, es el marco y la esencia de esta obra.
“Daytripper” (Gabriel Bá y Fábio Moon, ECC Ediciones)
Brás de Oliva Domingos, hijo de un novelista brasileño de fama mundial, pasa los días escribiendo necrológicas y las noches soñando con convertirse en un autor de éxito. Escribe el final de historias ajenas, mientras la suya apenas ha comenzado. Pero el dia en que empiece esa vida, ¿será consciente de ello? ¿Comienza a los 21, cunado conoce a la chica de sus sueños? ¿O a los 11, con su primer beso? ¿Es más adelante, cuando nace su primer hijo? ¿O antes, cuando podría haber encontrado su voz como escritor?
“Blacksad. El Infierno, el Silencio” (Juan Díaz Canales y Juanjo Guarnido, Norma Editorial)
En el cuarto tomo de las aventuras de John Blacksad, el detective privado creado por Juan Díaz Canales y Juanjo Guarnido, la acción se traslada a Nueva Orleans, donde Blacksad tendrá que encontrar al músico Sebastian “Little hand” Fletcher en menos de un día, pero lo que no sabe es que la ciudad más musical de los EE UU esconde más misterios que un pianista perdido…
“La Visión” (Tom King y Gabriel Hernandez Walta, Panini Cómics)
La Visión quiere ser humano. ¿Y qué hay más humano que la familia? Ahora, la tiene. Una mujer y dos hijos. Se parecen a él, tienen sus poderes y la necesidad de confundirse con los demás. ¿Qué puede ir mal?
“¡Universo!” (Albert Monteys, Astiberri Ediciones)
Misiones megalómanas antes del Big Bang, viajes a planetas lejanos en busca de otras especies inteligentes, desincronizaciones temporales, androides demasiado amorosos, insectos antropomorfos… Uno de los empleados de una empresa que acaba de poner en marcha una máquina para viajar en el tiempo es enviado millones de años atrás, antes de la creación de mundo, con una misión marketing de alto calibre: tiene que sellar cada una de las partículas de materia que se generen con el logotipo de la empresa, con el fin de patentar el universo y que a su vuelta la empresa sea dueña del mundo.
“The Private Eye” (Brian K Vaughan y Marcos Martin, Ediciones Gigamesh)
The Private Eye se desarrolla en un futuro inexorable en el que, tras reventar la nube, los datos de todo el mundo han quedado expuestos y la gente acaba protegiendo su intimidad tras una identidad secreta. Es una historia de ciencia ficción noir sobre un detective sin licencia, involucrado en una trama de insospechadas consecuencias sociales, y que alerta sobre la renuncia a la privacidad con alarmante precisión.
“Ojo de Halcón” (Matt Fraction y David Aja, Panini Cómics)
¿Qué es lo que hace Clint Barton en su tiempo libre? Con esa pregunta comienza uno de los mejores cómics Marvel del siglo XXI, una aclamada etapa que une los destinos del Ojo de Halcón original con los de su sucesora, Kate Bishop.
“Cuento de arena” (Jim Henson, Jerry Juhl y Ramón Pérez, Norma Editorial)
Entre 1967 y 1974, Jim Henson y Jerry Juhl prepararon tres versiones de un guión para un largometraje titulado “Tale of Sand”. Cuando trabajaba en las últimas revisiones del guión, Jim Henson empezó a trabajar en la producción de “Barrio Sésamo” y “El Show de los Teleñecos”, abandonando así el cine experimental para centrarse en los proyectos que le convertirían en un creador de renombre.
El guión de “Cuento de arena”, el único largometraje que Henson nunca llegó a rodar, acabó en los archivos de The Jim Henson Company. Pero, gracias al arte de Ramón K. Pérez y a la supervisión de Lisa Henson, la hija de Jim Henson, finalmente ha cobrado vida como una novela gráfica con un impacto visual a la altura del maestro que la creó.
“El malvado zorro feroz” (Benjamin Renner, Reservoir Books)
Frente a un conejo tonto, un cerdo con veleidades agrícolas, un perro perezoso y una gallina temperamental, el zorro pusilánime que protagoniza esta novela gráfica intenta encontrar su lugar como depredador superior. Sin éxito. A falta de métodos más eficaces, se ve obligado a desarrollar una nueva estrategia. Su solución: robar unos huevos, incubarlos, criar a los polluelos y ¡ñam! Pero el plan sale mal cuando el zorro, de repente, descubre su instinto maternal…
Pues yo recuerdo está película con mucho cariño. Quizás no llegue al nivel de Toy Story o Gremlins pero... ¿qué…