Ediciones Gigamesh acaba de publicar esa maravilla digital llamada “The Private Eye” que Brian K Vaughan y Marcos Martin crearon para lanzar el portal de cómics digitales PanelSyndicate. No, no la podéis dejar pasar.
The private eye
Edición original: The private eye USA
Guión: Brian K Vaughan
Dibujo: Marcos Martin
Color: Muntsa Vicente
Formato: Libro cartoné, 304 págs. color.
32€
The Private Eye: la edición analógica
Antes de que Edward Snowden saltara a la fama, antes de que Cambridge Analytica exprimiese los datos que tan alegremente subimos a las redes, antes de que nuestra intimidad permease la nube, ya nos avisó The Private Eye. The Private Eye se desarrolla en un futuro inexorable en el que, tras reventar la nube, los datos de todo el mundo han quedado expuestos y la gente acaba protegiendo su intimidad tras una identidad secreta. Es una historia de ciencia ficción noir sobre un detective sin licencia, involucrado en una trama de insospechadas consecuencias sociales, y que alerta sobre la renuncia a la privacidad con alarmante precisión. Presentamos la obra de Brian K. Vaughan (Saga, Paper Girls), Marcos Martín (The Amazing Spider-Man, Doctor Strange: The Oath) y la colorista Muntsa Vicente en una lujosa edición con extras y un completo dosier sobre la génesis de la obra, ganadora del Premio Eisner al mejor cómic digital y publicada originalmente en PanelSyndicate.com.
«The Private Eye aúna la tradición trepidante de los mejores cómics pulp (identidades secretas, detectives privados y un villano con cohete incluido) con una seria reflexión sobre el miedo a que nuestra huella digital acabe llevándonos a la perdición.» Slate Magazine
Gigamesh sorprendió al anunciar a finales de 2017 que iba a publicar The private eye, la obra con la que Brian K Vaughan y Marcos Martin inauguraron el portal PanelSyndicate que el propio Martin creó específicamente para la publicación de este título, aunque posteriormente ha acogido más obras como Glacier City, Barrier, Universe!, The walking dead: The alien, Blackhand Ironhead o Umami, en formato digital, sin DRM anticopia y en varios idiomas
La trama de The Private Eye nos habla de una sociedad futura, aunque no mucho, en el que La Nube/Internet, se fue al traste cuando los datos privados de muchísima gente fueron liberados al público en general, lo que provocó la caída de Internet por petición popular. Al comienzo de la historia todo el mundo se oculta, en la vida real, bajo máscaras y alias y procura reunirse con grupos de gente de mismos intereses, etc. Es decir, se traslada al mundo real la actividad que hasta entonces la humanidad venía desarrollando en privado pero con la obsesión por la privacidad que les lleva a ocultarse tras máscaras y alias. La policía ha sido sustituida por la Prensa que controla la sociedad en múltiples facetas y que son los únicos autorizados para investigar.
Naturalmente aún queda al margen de la ley gente como PI (referencia al símbolo matemático pi, a la IP de internet y, por qué no, al “Private Investigator”, detective privado), aunque sean abreviaturas de su pseudónimo Patrick Immelman, un investigador privado no oficial e ilegal al que contrata una mujer que poco después aparecerá asesinada. Y como en todas las buenas historias de género negro a PI no le queda más remedio que investigar la historia en compañía de otra hermosa mujer interesada en descubrir la verdad, hermana de la difunta clienta de PI, mientras que, poco a poco, se va descubriendo la trama tras el asesinato inicial.
Brian K Vaughan dosifica muy bien el argumento en de The Private eye y a la vez que nos adentra en la trama nos va mostrando la sociedad que la ausencia de internet ha creado en donde nadie se siente a salvo, todos intentan protegerse usando máscaras, el propio uso de las máscaras está limitado a los mayores de 18 años y la privacidad es algo que todo el mundo valora por encima de muchas otras cuestiones. Es una sociedad extraña, pero que tiene bastante sentido, a la vista de las posibilidades de comunicación y reunión que internet ha abierto y cómo afectaría la desaparición de esos foros a sus usuarios.
El gran trabajo de Vaughan está en lograr que sus personajes, y sus mundos, se sientan auténticos, vivos, de manera que nos interesemos completamente por sus destinos, qué los mueves, y cómo van a acabar sus vidas, esto es, cómo acabará la historia.
Pero The private eye cuenta también con un grandísimo dibujante que, francamente, está muy por encima de la media a la hora del trabajo de composición de página, viñeta… el trabajo de Marcos Martín es siempre un lujo para los ojos y más aquí, donde se esfuerza por diseñar una sociedad del futuro, decenas de personajes y máscaras y todo ello en unas páginas apaisadas a las que sabe sacar el máximo partido. Si a eso le sumamos el maravillos despliegue de color de Muntsa Vicente, es irrevatible que estamos ante una delicia visual.
Ambos autores están a un nivel espectacular y The private eye se beneficia de ello a lo largo de los diez números que la componen. Aquí os diré que la edición de Gigamesh es preciosa y de una gran calidad, lo que la pone muy por encima de la edición digital de PanelSyndicate, que no es que tenga una mala edición, pero el papel gana a los bits, sobre todo con esa cantidad de material extra.
En definitiva, estamos ante el Premio Eisner al mejor cómic digital y, seguramente, también debería haber ganado en alguna que otra categoría más, Brian K Vaughan y Marcos Martin son dos gigantes del mundo del cómic. Y Gigamesh ha decidido empezar su labor con un título de grandísima calidad.
A ver, yo entiendo que estafa es cuando te quedas tú el dinero, no cuando el dinero es un donativo…