Hablamos de “Litchi Hikari Club“, un manga retorcido, con una ambientación grotesca y a la vez fascinante. ECC Ediciones nos trae esta obra de culto en la que un grupo de jóvenes estudiantes hacen de las suyas en su guarida, una vieja fábrica llena de escombros… ¡Hasta son capaces de fabricar una criatura mecánica que se alimenta a base de lichis y cuyo objetivo es raptar a chicas hermosas!
El manga de culto Litchi Hikari Club de Usamaru Furuya, largamente ausente de las estanterías de los lectores españoles, regresa con una nueva traducción. Esta espeluznante obra adapta al cómic una obra de teatro que en 1985 dio notoriedad al grupo Tokyo Grand Guignol y que impactó profundamente a Furuya. El resultado fue serializado en la revista Erotics F en 2006 y se convirtió un pilar fundamental del manga de horror y erotismo grotesco, que ha causado sensación en todo tipo de públicos. Este viaje de tomo único a las podridas mentes de un grupo de adolescentes sádicos que han formado una secta de culto y tortura alrededor de su hipercarismático y libidinoso líder no dejará indiferente a nadie gracias al impacto de sus escenas y la oscura belleza de la muerte y la pasión que albergan sus páginas.
“Litchi Hikari Club“, que ahora nos tare ECC Ediciones en un formato delicioso (flexibook con sobrecubierta), es una de esas obras que te sumergen en un abismo retorcido, mezcla de horror, violencia y una dosis de delirio visual tan estilizada como perturbadora. Basada en la obra de teatro de 1985 de Norimizu Ameya, esta historia de culto combina influencias tan dispares como “Frankenstein“, “La naranja mecánica” y la grotesca sensibilidad visual de Suehiro Maruo, logrando algo que es a la vez fascinante y profundamente inquietante. El autor, al que impactó profundamente la representación de Tokyo Grand Guignol, se ha tomado la libertad de hacer algunos cambios -el nombre de la chica, por ejemplo, que ahora es Kanon- y añadir una carga más sexual en cuanto a la relación de Zara con uno de sus subordinados.
El manga, creado por Usamaru Furuya, lleva el ADN de Maruo en su estética: un arte altamente detallado, obsesivo en la representación de lo bello y lo macabro al mismo tiempo. Los personajes, jóvenes en su mayoría, parecen sacados de un desfile de moda gótica, con sus uniformes escolares y miradas vacías, pero debajo de esa superficie se esconde un festín de sangre y locura.
El punto de partida de la historia ya te dice que estás ante algo especial. Un grupo de adolescentes forma el “Hikari Club“, una especie de culto nihilista, obsesionado con la inmortalidad y el poder. Estos chicos, que usan palabras en alemán en una jerga extraña, liderados por el tiránico Zera, construyen un super robot, “Lichi”, que alimentan con lichis (sí, esas frutas exóticas) para que pueda secuestrar chicas hermosas. La premisa es tan disparatada como intrigante, pero rápidamente se torna en una espiral de decadencia y traición que te mantiene enganchado, aunque sientas cierto rechazo por la crudeza que va ganando terreno a cada página.
La influencia de Suehiro Maruo no solo se ve en lo gráfico, sino también en la manera en que la violencia es tratada con una mezcla de estética y nihilismo. No hay moralidad clara, los personajes se mueven por impulsos oscuros y deseos enfermizos. Esto no es un manga para los débiles de corazón. Los temas de abuso, mutilación, obsesión y poder están presentes, pero envueltos en una belleza visual que hace que no puedas apartar la vista, aunque lo que estés viendo te revuelva el estómago. Es un manga que incomoda, que empuja los límites de lo que es aceptable mostrar en una obra “juvenil”, algo que Maruo ya había hecho en sus propios mangas.
La historia no solo toma de Maruo, también hay una clara referencia a la ciencia ficción clásica. El robot Lichi es un guiño directo al “Frankenstein” de Mary Shelley, una creación monstruosa nacida de los deseos humanos de dominar la vida y la muerte. Pero en lugar de un científico loco, tenemos a un grupo de adolescentes que, a falta de límites morales y sociales, se entregan a la crueldad. Hay algo de “La naranja mecánica” en esta obra, en la forma en que los personajes jóvenes y alienados ven el mundo a través de la violencia y el control, deshumanizando a los que los rodean.
Curiosamente, “Litchi Hikari Club” tiene una adaptación cinematográfica (bastante larga de duración, hay que decir) que, aunque bastante fiel en cuanto a trama y estética, no logra capturar la misma intensidad visual y emocional que el manga. Mientras que el film se esfuerza en recrear la atmósfera oscura y depravada, el medio cinematográfico parece suavizar el impacto visceral que el arte de Furuya logra. Aún así, la película es una pieza de culto para los fans, y ofrece una ventana más accesible a este retorcido universo, aunque no se pueda comparar con el impacto de ver esos paneles por primera vez en papel.
A lo largo de la historia, el “Club Hikari” se va desmoronando, como era de esperar, bajo el peso de la traición y la codicia. Uno de los personajes comprende que hay que alejarse de esa maldad que invade al grupo. También descubrimos que las intenciones de Zara tienen su base en la profecía que el Marqués de Maruo le arroja. Este personaje basado en el mangaka solo aparece en una página, pero así se le homnajea ya que el pripio Maruo se encargó de la dirección artística y cartelería de la obra de teatro de los años ochenta.
La obra avanza en un suspiro y sus casi cuatrocientas páginas se leen de un tirón. Los lazos entre los chicos se deshacen, la moral se vuelve difusa y el final se siente inevitable, casi poético en su brutalidad. Hay una sensación de tragedia griega en todo esto, una obra donde el destino oscuro de cada personaje ya está sellado desde el principio.
El encanto de “Litchi Hikari Club” reside en esa mezcla rara de elementos. Es un manga que, en muchos aspectos, no debería funcionar: adolescentes construyendo un robot alimentado por litchis, una atmósfera de violencia sin sentido, y un sentido de la estética que va del horror gótico al más puro sadismo visual. Pero, de alguna manera, todo encaja. Es una obra que te obliga a mirar, a sumergirte en su oscuridad, y aunque no salgas ileso de la experiencia, hay algo adictivo en todo ello. ¡Me encanta!
Litchi Hikari Club
Autor: Usamaru Furuya
Edición original: “Raichi hikaro kurabu”
Fecha de publicación: Octubre de 2024
ISBN: 978-84-10330-67-2
Formato: Rústica
Páginas: 338
Precio: 26,00 euros
Pues yo recuerdo está película con mucho cariño. Quizás no llegue al nivel de Toy Story o Gremlins pero... ¿qué…