Hubo un tiempo en el que el mundo giraba en la dirección que dictaba Eddie Murphy. El actor afroamericano decía ‘rosa’ y todos corrían a pintar las letras de Hollywood del color que había decidido Eddie. Eran tiempos de bonanza en los que cualquier película protagonizada por Eddie Murphy, mayormente comedias, era garantía de éxito. Pero todos los dulces empachan, lo que sube termina bajando, y la estrella del actor se apagó. O el público se cansó de él.
Hay que remontarse hasta el año 1982 para disfrutar de su primera incursión en la gran pantalla tras una aplaudida etapa en el reparto de cómicos habitual en la mítica “Saturday Night Live“, donde estuvo desde 1980 hasta 1984. Fue en la buddy movie “Límite: 48 horas“, la que podría ser considerada la primera película del género policíaco protagonizada por una pareja de compañeros de perfiles dispares, incluso opuestos, que, unidos a su pesar, trabajan juntos en la resolución de un caso. Dirigida por Walter Hill, todo un clásico del cine de acción de los años ochenta y noventa (“The warriors“, “El último hombre“, “Calles de fuego“, “Danko: Calor Rojo“,…), la película nos contaba como Jack Cates, un policía muy duro y tenaz que persigue a unos peligrosos criminales sin escrúpulos, que se han fugado de la cárcel y han asesinado a sus compañeros, necesita la ayuda de Reggie Hammond, un avispado timador que cumple condena por el robo de medio millón de dólares y que es el único que conoce a los dos delincuentes y sabe dónde se esconden. Cates concede la libertad condicional a Hammond para que le ayude a encontrar a los criminales, con una única condición: tienen 48 horas para dar con los asesinos y, pasado ese tiempo, Reggie volverá a su celda.
Eddie Murphy, que fue el actor elegido cuando Richard Pryor y Gregory Hines rechazaron el papel, encarna a un personaje cómico, partenaire y contrapunto del rudo protagonista interpretado por Nick Nolte, un tipo vivo y locuaz que solamente busca su dinero y disfrutar de los dos días de libertad con los que cuenta. Su interpretación le otorgó una nominación al Globo de Oro como mejor actor revelación. El reparto también contaba con Annette O’Toole, Frank McRae, James Remar o David Patrick Kelly, entre otros.
La película, trepidante, divertida y con mucho ritmo, se sostiene toda sobre la desigual pareja, un policía blanco y un delincuente negro, que funciona muy bien y tiene química, aunque Murphy empiece a demostrar esos tics que se acabarían convirtiendo en marca de la casa (era risilla insoportable…). Las escenas de acción, con Hill tras la cámara, son excelentes.
A raíz del éxito de “Límite: 48 horas” Walter Hill dirigió una secuela en 1990, “48 horas más“, con los mismos actores protagonistas pero que no tuvo el mismo éxito en taquilla que su predecesora, aunque entonces Eddie Murphy, tras dos entregas de “Superdetective en Hollywood“, “El príncipe de Zamunda” y “El chico de oro“, ya estaba en la cima del éxito.
Pues de empatía con las pelis de zombies entre 0 y nada, así que hice bien en no verla. Y…