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La quinta entrega de la saga Mad Max retoma el personaje de Furiosa que aparecía en la película anterior, “Mad Max: furia en la carretera” (George Miller, 2015) encarnado por Charlize Theron y, a modo de precuela, interpretado por Anya Taylor-Joy, nos cuenta su pasado. Una idea, en principio muy sugerente, pero que peca de un guión tan imprevisible como irregular que te obliga a tragarte varios sapos que han provocado las iras incluso de algunos de los fans del universo Mad Max. El caso es que en esta ocasión la película se ve con altibajos: la acción proporciona el chute adrenalítico que ya disfrutamos en la anterior obsequiando con escenas que te enganchan a la pantalla como una droga, pero cuando ésta se detiene y los personajes interactúan con diálogos o se cuentan algunos hechos todo patina un poco por delirante (que esto más o menos forma parte de la fórmula) y por poco creíble (y me refiero a que atenta contra la lógica dentro de la propia narrativa propuesta). En cualquier caso lo que debe tenerse en cuenta es que se trata de un entretenimiento adrenalítico, tosco, rudo, salvaje y que su objetivo lo cumple a un nivel más que aceptable porque entretiene, impacta y te acelera el pulso de nuevo. Eso sí, hilando con la entrega anterior no es para cualquier público, cuidado con quién la ves.

Where to watch Furiosa