Cuando se habla de niñas terroríficas de la historia del cine nadie se olvida de las gemelas de “El Resplandor“, de la niña de pelo negro que sale del televisor en “Ringu“, de la aterradoramente adorable Drew Barrymore de “Ojos de fuego“, de la niña poseída de “El Exorcista“, de la vampira nórdica de “Déjame entrar“, de la pequeña Anne de “Los Otros“, de las hermanas coreanas Su-mi y Su-yeon de “Dos hermanas“,… y nadie debería olvidar una de las primeras y más inquietantes de todas: la maquiavélica Rhoda Penmark de “La mala semilla“.
Basada en la novela homónima de William March, dirigida por Mervyn LeRoy y protagonizada por Nancy Kelly, Patty McCormack, Henry Jones, Eileen Heckart y Evelyn Varden, entre otros, “La mala semilla” (“The bad seed“) nos contó la aterradora verdad sobre la pequeña Rhoda Penmark, aparentemente una niña perfecta, estudiosa, educada, pulcra, aunque sus propios compañeros y aun algunos adultos perciban en ella algo turbio. Su madre, Christine, también advierte en ella ciertas cosas extrañas, comportamientos inquietantes: frialdad, egoísmo, falta de empatía,… Con su marido ausente por negocios, y después de que niño del colegio muere ahogado, poco a poco empieza a despertar en ella la terrible sospecha de que su hija puede tener algo que ver con algunas muertes que han pasado por simples y desafortunados accidentes. En su soledad casi claustrofóbica, la madre de Rhoda va descubriendo poco a poco la terrible verdad, hasta que no puede seguir ocultándose que quizá sea la responsable directa de haber transmitido una mala semilla…
Aunque es una película de 1957 “La mala semilla” de Mervyn LeRoy sigue siendo uno de los films con niño psicópata más perturbadores de la historia del cine. Cómo en “Los chicos del maiz” de Fritz Kiersch o “¿Quién puede matar a un niño?” de Narciso Ibáñez Serrador, la gran angustia de la película se sostiene sobre la inquietante sospecha de que un niño pueda ser una despiadado asesino. Y a finales de los años cincuenta el público quedó muy impactado con la propuesta de la película: una niña que asesinaba sin piedad pero que siempre parecía inocente de los crímenes. Una niña de aspecto angelical que no parecía lo que era. Una niña perversa y cínica que era una encarnación del mal. El desasosiego que provoca la niña sigue siendo vigente en el espectador del siglo XXI.
La película obtuvo cuatro nominaciones a los Óscars: a la mejor actriz protagonista para Nancy Kelly, a la mejor actriz secundaria para Eileen Heckart y para Patty McCormack (la niña que interpretaba a la malvada Rhoda Penmark), y a la mejor fotografía para Harold Rosson. No ganó ninguno de ellos.
Pues yo recuerdo está película con mucho cariño. Quizás no llegue al nivel de Toy Story o Gremlins pero... ¿qué…