Con el álbum “El Mercenario: El pueblo del fuego sagrado” el ilustrador Vicente Segrelles (Barcelona, 1949) empezó en el año 1981 la saga de cómics dedicada a un guerrero sin nombre conocido simplemente como El Mercenario. La historia, enmarcada en el género de la fantasía heroica, se sitúa en un mundo imaginario, alrededor del año mil en un valle escondido cubierto de nubes entre las montañas del Himalaya, llamado el País de las Nubes, plagado de dragones voladores, gigantescos guerreros, bestias monstruosas, espíritus fantasmagóricos, reptiles gigantes y bellas amazonas, y ha llegado a contar con 14 entregas. Y solamente a partir de 1998 y del décimo álbum (“Gigantes“), Vicente Segrelles incorporó el Photoshop como herramienta de trabajo y la ilustración digital le facilita la labor. La última de ellas, “El último día“, del año 2016 y con Segrelles ya jubilado, sirvió de colofón para una colección con más de treinta y cinco años de vida.
Heredero de una familia de artistas, pues es sobrino del pintor José Segrelles y primo del ilustrador, pintor y escultor Eustaquio Segrelles, Vicente Segrelles se presentó al mundo con “El Mercenario: El pueblo del fuego sagrado“, un cómic hiperrealista pintado al óleo que sacudió el mundo del cómic a principios de los años ochenta, puesto que el óleo es una técnica poco habitual en el cómic debido a la lentitud, la dificultad y el dominio que requiere, y le convirtió en una figura idolatrada. “El Mercenario es un cómic bellísimo y grandioso que restituye la emoción, la maravilla y el placer de contemplar imágenes“, llegó a decir el cineasta Federico Fellini de su obra.
En “El Mercenario: El pueblo del fuego sagrado” conoceremos a El Mercenario, un guerrero sin pasado y paladín de causas imposibles, casi siempre al servicio de los monjes de la Orden del Cráter, y enfrentado al villano Claust, un taimado alquimista. Tras una misión de rescate de una esposa secuestrada que no acaba muy bien, El Mercenario se ve obligado a huir al mundo bajo las nubes donde encontrará el pueblo del fuego sagrado, amenazado por una misteriosa ciudadela flotante. El primer número de las aventuras de El Mercenario incluían todo aquello que Vicente Segrelles dominaba y quería incorporar en su historia (armaduras, armas y castillos de aire medieval y arquitecturas de fantasías orientales, batallas aéreas al estilo de las de la Segunda Guerra Mundial, pero con dragones montados por guerreros,…) y el desnudo femenino, algo que en esa época era casi fundamental para un cómic y que hoy sería prescindible. Diálogo, muy poco. Y todo sucedía en un mundo sobre las nubes, en el que El Mercenario vivía casi todas sus aventuras, y mientras que el mundo por debajo de las nubes era nuestro mundo real.
La saga de fantasía de “El Mercenario” volvió a estar disponible a partir del mes de junio de 2015 gracias a una reedición de la editorial Ponent Mon que volvió a publicar el cómic de estilo hiperrealista desde este primer número, actualizando los textos y digitalizando de nuevo los originales al óleo de Vicente Segrelles para intentar dar a esta nueva edición la máxima fidelidad y calidad. “El volumen, las luces y sombras y la riqueza de color en ausencia de línea han sido resueltos al más puro estilo de la pintura clásica“, decía Segrelles sobre su obra.
A ver, yo entiendo que estafa es cuando te quedas tú el dinero, no cuando el dinero es un donativo…