En el año 2012 el artista gallego Miguelanxo Prado (A Coruña, 1958) fue galardonado con el Premio Nacional de Cómic del año 2013 por su “Ardalén“, un cómic mágico y nostálgico de aires marinos que ya se había alzado el mismo año con el galardón a mejor obra del Salón del Cómic de Barcelona. Prado, de larga y prolífica carrera, que suma muchos reconocimientos como autor de cómics, director del salón Viñetas desde o Atlántico desde su creación en 1998, alcanzó cierto reconocimiento a principios de los años noventa con sus “Crónicas Incongruentes” y “Quotidianía Delirante” pero fue pocos años después, en el año 1992, cuando publicó su primera historia larga, serializada en la revista “Cimoc”, que alcanzó el éxito merecido y reconocimiento internacional. “Trazo de tiza” obtuvo el premio a la mejor obra en el Salón Internacional del Cómic de Barcelona y el premio ‘Alph Art’ en el prestigioso Festival International de la Bande Dessinée d’Angoulême, además de ser nominada a los premios Eisner y Harvey.
“Ardalén“, del galego ‘ar do alén‘ que se podría traducir como ‘aire del más allá’ y que hace referencia al viento húmedo del suroeste que sopla del mar a la tierra en la costa atlántica, es una obra a la que Miguelanxo Prado dedicó tres largos años, un relato fascinante de 256 páginas sobre los recuerdos y la memoria en la que viajamos hasta una aldea gallega sin nombre a la que llega Sabela Rego, una mujer en crisis y recién divorciada en busca de información sobre su abuelo Francisco, que marchó a Cuba a buscar fortuna y no regresó, y a quien nunca conoció. En su camino Sabela se encontrará con el viejo Fidel Barros, apodado el Náufrago, a partir de cuyos recuerdos intentará reconstruir la historia de su familia y de su abuelo. Entre ambos surge una relación que avanzará en diferentes caminos: uno cercano a lo mágico e irreal y otro más próximo a la realidad. Y es que los recuerdos de Fidel, que son muchos, no pueden diferenciar entre lo vivido y lo imaginado.
El jurado del Premio Nacional de Cómic, que tiene como objeto distinguir anualmente la mejor obra de esta especialidad publicada en cualquiera de las lenguas del Estado, destacó “el carácter poético de su obra, que mezcla realidad y sueño, memoria con olvido“, y el paso del tiempo no han lastrado para nada la calidad de este trabajo. Es intemporal, y trata temas que son tan reales y cotidianos hoy como lo fueron hace una década, como la memoria, el amor, el olvido o la pérdida, con pinceladas de realismo mágico y referencias al mar y lo marítimo, que siempre han formado parte del imaginario en las obras del artista gallego. Y, por supuesto, el jurado no olivó elogiar la maestría técnica en el uso del color por parte de Miguelanxo Prado en “Ardalén“, que nos sigue pareciendo incomparable.
El origen de esta obra, según contaba Miguelanxo Prado, se remonta al año 2007. Tras el esfuerzo y el estrés acumulado a causa de la creación de la película de animación “De profundis“, el artista sufrió fallos de memoria que le llevaron a reflexionar en los mecanismos que guardan los recuerdos, cosa que exploraría unos pocos años después en este fascinante “Ardalén“.
Pienso que si hay algo sobre lo que hablar son las acciones hostiles de organizaciones conservadoras como el Observatorio para…