El gallego Miguelanxo Prado, Premio Nacional del Cómic por su obra “Ardalén“, director del salón Viñetas desde o Atlántico desde su creación en 1998, alcanzó cierto reconocimiento a principios de los años noventa con sus “Crónicas Incongruentes” y “Quotidianía Delirante” pero fue pocos años después, en el año 1992, cuando publicó su primera historia larga, en las revistas “Cimoc” y “À Suivre“, que alcanzó el éxito merecido. En 1993 sería publicada en álbum por Norma Editorial, y en 1994 obtuvo el premio a la mejor obra en el Salón Internacional del Cómic de Barcelona y el premio ‘Alph Art’ en el prestigioso Festival International de la Bande Dessinée d’Angoulême, además de ser nominada a los premios Eisner y Harvey. También hay una edición en catalán (de Glénat, en 2008) y en gallego (de El Patito, en 2012)
Melancólica y poética, “Trazo de tiza” es un relato fascinante que juega con el espacio y el tiempo, con la atmósfera irreal de un lugar en ninguna parte como telón de fondo, un faro que no funciona en una diminuta isla en mitad del océano como espectador, y dos personajes perdidos como protagonistas: un viajero desorientado que llega con su barco hasta la isla y una joven y elusiva mujer que también está de paso, mientras espera a alguien. Un rompecabezas con piezas que no encajan hasta el final, que se mueve entre lo mágico y lo real, que también cuenta con un dique inmenso sin apenas barcos, cubierto de mensajes en todos los idiomas, una mujer con un negocio inverosímil y un hijo un tanto enigmático. Y el oceáno, uno de los elementos más recurrentes en la obra del dibujante gallego.
“Trazo de tiza” (Miguelanxo Prado, 1992)

Pues yo la disfruté, no me pareció tan absurda porque, bueno, ya se veía que algo raro iba a pasar.…