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¿Pastilla roja o pastilla azul? En ViaNews hay un debate eterno, sin resolver, sobre “Matrix“: ¿genialidad o tomadura de pelo? Tengo claro, casi veinte años después de su estreno, que nunca nos vamos a poner de acuerdo porqué no hay termino medio: o la adoras o la odias.

La película de los hermanos Wachowski (hoy hermanas, Lily y Lana) es, aquí no hay discusión alguna, una de las películas más espectaculares del siglo XX. Y de las más influyentes del género de la ciencia-ficción, del cine de acción y del séptimo arte en general. Posiblemente también es de las más vacías pues lo apostó todo a la forma y el ritmo. También es la primera entrega de una de las sagas más revolucionarias del cine, de una de las franquicias de mayor impacto, y aunque sus dos secuelas (“Matrix Reloaded” y “Matrix Revolutions“) y un spin-off (los cortos de anime de “Animatrix“) no funcionaron demasiado bien son altamente recomendables y muy entretenidas. Las tres películas lograron recaudar cerca de 1.500 millones de euros en todo el mundo.

En “Matrix” nos presentaron por primera vez a Thomas Anderson, un tranquilo trabajador de una empresa de software que se dedica al pirateo informático en su tiempo libre con el apodo de Neo. Su doble vida se ve perturbada cuando unas palabras aparecen en su ordenador, “Matrix te posee”, y a partir de ese momento descubre que toda la vida en la Tierra quizás es sólo una elaborada y falsa apariencia creada por una I.A. con el propósito de someternos mientras nuestra esencia vital es usada para alimentarla. Sí, el mundo es un sueño, una compleja trampa elaborada por un programa de ordenador de inteligencia artificial que controla nuestra vida. Una vez descubierta y aceptada la verdad Neo se unirá a un grupo de rebeldes liderados por Morfeo y Trinity con el objetivo de acabar con Matrix y devolver la libertad a la humanidad, que cree vivir una vida normal bajo la realidad programada.

Protagonizada por Keanu Reeves, Carrie-Anne Moss, Laurence Fishburne y Hugo Weaving, a partir de un guion escrito por Andy y Larry Wachowski (antes de ser Lily y Lana) y después de su prometedora primera película “Lazos ardientes“, la epopeya tecnológica cyberpunk que desafiaba a la gravedad “Matrix” se estrenó en el prolífico 1999 (el mismo año que “El club de la lucha“, “Eyes Wide Shut”, “El sexto sentido”, “El proyecto de la bruja de Blair”, “Star Wars I: La amenaza fantasma”,…) y muchos consideran que Hollywood cambió para siempre gracias a esta película. Cuatro Oscar (Mejor Montaje, Mejor Sonido, Mejor Edición de Sonido y Mejores Efectos Visuales), muchos millones de espectadores y su elevación al Olimpo del cine de culto fueron las consecuencias.

Varios son los elementos que convirtieron la primera entrega de “Matrix” en todo un referente: los innovadores efectos especiales (el ‘bullet time‘), las espectaculares coreografías a velocidades divergentes y la acción trepidante, el vestuario diseñado por Kym Barret (en poco tiempo montones de adolescentes estaban vistiendo en su día a día como Neo y Trinity), el diseño de producción de Owen Paterson y todo el atrezzo en general, y una hábil mezcla de elementos conceptuales de diferentes fuentes, desde la ciencia-ficción hasta el cine oriental de artes marciales. Y todo eso envuelto en ese original concepto de la dualidad discontinua y poliédrica entre el mundo real y el mundo virtual que podría haber firmado Philip K. Dick.

Que prefieres, ¿la pastilla roja o la azul? ¿La incómoda verdad o la feliz ignorancia?

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