La fantasía es un género en el que el sexo suele estar muy presente, con insinuaciones o portadas muy sexuales, pero que a la hora de la verdad suele decepcionar en ese aspecto, Doug Bayne y Trudy Cooper se han asegurado de que Oglaf, su obra de fantasía sexual, no sólo tenga sexo y fantasía, sino mentes abiertas y diversos géneros… además de muchísimo humor negro.

Oglaf Oglaf    
Edición original: Oglaf USA
Fecha de edición: julio de 2020
Guión: Doug Bayne
Dibujo: Trudy Cooper
Formato: Rústica, 132 páginas. Color.
14€

Una serie inspirada en el medievo con magia y sexo. Vaya novedad. ¿Qué es Oglaf? ¿Un postre turco? ¿Una posición sexual endiabladamente retorcida? ¿Las dos cosas? Por favor, que sea la dos cosas. Pues no. Oglaf es un pastor que, sin saber leer ni escribir, descubre que su, ehm, su semilla forma palabras ante él. Pero ni siquiera es el protagonista. Podría serlo Ivan, aprendiz de mago de una severa ama que castiga su juvenil onanismo dotando a su semen de la indigna habilidad para el chivatazo. O podría ser la aventurera que para acabar con un invierno que se ha alargado demasiado haría lo que cualquiera de nosotros: calzarse un pene de goma y darle hasta que pida clemencia. Oglaf es un conjunto de tiras cómics de una, dos, tres o cuatro, páginas, puede que más. Risas en todas, actos sexuales en muchas y tonterías por doquier en este exitoso webcómic que ahora toma el papel.

Fandogamia es una editorial diferente, dispuesta a arriesgar publicando material que otras editoriales son más recatadas a la hora de publicar. Mientras Fandogamia se recrea publicando material LGTB de toda índole, montando una línea de manga a la que tengo pendiente darle una oportunidad y que, por lo visto, contrasta poderosamente con las líneas de otras editoriales, con franquicias como Cazafantasmas o Doctor Who (me tienen ganado de por vida), pero es con su iniciativa de la Fanternet con lo que han conquistado al público de Internet, y es que además les está permitiendo testar sus tebeos antes de lanzarlos al público general, de hecho, así es como conocí las historias de Oglaf (entre muchas otras).

Oglaf ha sido creado por Doug Bayne y Trudy Cooper, quienes publican regularmente una tira en su página web Oglaf.com. Eso sí, no os confundáis como yo, Oglaf, quien da nombre a la serie (ya se han publicado 2 volúmenes y el 3º fue financiado mediante micromecenazgo hace un par de meses), es tan sólo un iletrado pastor capaz de escribir mensajes con su esperma… aunque él no sabe leer.

Personalmente considero que Iván, el aprendiz de una insidiosa, sexy y maléfica maestra-ama, es el verdadero protagonista de Oglaf. Iván sufre todo tipo de violencia sexual por parte de su ama, que casi nunca le toca, y de su pervertido aliado, Sandoval, el Embagador de Xoan, pero todo ello aderezado con un negro sentido del humor que hace que todo funcione a las mil maravillas. A fin de cuentas, en un mundo de fantasía debe haber sexo, ¿verdad? Pues también debería haber personajes obsesionados con el sexo (como en el mundo real), aunque dudo que alguien pueda hechizar el esperma de, digamos, Iván, para que su lefa vaya corriendo a chivarse a la hechicera de lo que hace su aprendiz en sus… “ratos libres”.

Reconozco que disfruté muchísimo con las aventuras de Oglaf cuando las leí en su día en Fanternet, por eso estaba deseando leer el primer volumen de Oglaf en papel porque su editor promete que hay material extra y, francamente, porque me reí muchísimo y porque creo que hay que normalizar mucho la aparición del sexo en las historias, de todo tipo, como algo presente en la vida de todo el mundo (aunque sea el sexo solitario) y nada lo hace mejor que el humor, incluso cuando es un humor que no duda en saltar las fronteras que diversifican el sexo en grupos. Oglaf no tiene límites y es francamente divertido.

No he conseguido encontrar demasiada información sobre sus autores: Doug Bayne y Trudy Cooper, más allá de saber que Bayne es el encargado del guión y Cooper del dibujo, han trabajado juntos anteriormente en Platinum Grit, otro webcomic que finalizó en 2009.

Visualmente me gusta mucho el estilo de Trudy Cooper, a medio camino entre el cartoon y el realismo, pero perfecto para crear momentos como el de la lefa estrellándose entre los pechos de la “jefa” o el de Iván sufriendo miles de indignidades o… Lo cierto es que es una gran narradora que sabe dar el remate final perfecto a los guiones de Bayne.

Ambos autores abrieron un Patreon para el proyecto de Oglaf y la verdad es que parece que la continuidad de la serie está asegurada, como ya he dicho ha sido publicado hasta el tercer volumen por el momento. Lo curioso es que sólo se colabora con un eurillo y pico al mes, seguro que te gastas más en pañuelos de papel al mes, ¿verdad? 😉

Me encanta la edición de Fandogamia, así como me encanta que hayan sido capaces de publicar gratuitamente Oglaf y después apuesten por una edición en papel con más material y un precio ajustado.

En definitiva, no recomendaría Oglaf a todo el mundo, pero sí a los amantes de la fantasía con sentido del humor y mentes abiertas.