A caballo entre el presente y la España previa a la guerra civil cuenta la historia de un maestro catalán desaparecido en Burgos, donde daba clase a un grupo de niños. El guión desarrolla una historia muy potente emocionalmente hablando que explica la importancia de la memoria histórica y tiene todo para conmover e impactar sentimentalmente al espectador, desde una historia que sobrecoge a unos protagonistas enternecedores (hablo sobretodo de la magnífica actuación de Enric Auqer y Luisa Gavasa); pero peca de ser repetitiva respecto a otras películas que hemos visto antes y recuerdo sobretodo “La lengua de las mariposas” (José Luis Cuerda, 1999) que, con un planteamiento similar, me parece superior. La sensación de haber visto ya muchas veces lo que te muestran en el cine español es irremediable después de tantos títulos sobre la guerra civil. Sea como fuere una película de esas que habría de calificar de necesarias, porque muestra con claridad cómo las relaciones humanas y la decencia están muy por encima de cualquier conflicto y cualquier ideología, tanto pasada como presente. Por conexiones mentales me vino a la cabeza viéndola la letra de la canción de “Querida milagros” de El último de la fila, otro alegato antibélico, que en un momento dice “No estaría de más que alguien me explicara, qué tiene esto que ver contigo y conmigo” porque de nuevo en el tramo final de la película uno se pregunta que tiene que ver el injusto desenlace con todo lo que ha visto previamente. Nada. La película obtuvo 5 nominaciones en los Goya (actor principal, actriz de reparto, guión adaptado, música original y diseño de vestuario).
A ver, la de abogados cristianos (me la agarras con la mano) me parece tan estúpido... en fin, además ahora,…