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El prolífico Stephen King es el maestro de la literatura de terror y suspense, y aunque muchos puedan criticar que su obra está formada por novelas baratas de consumo rápido tipo pulp, de poca calidad, repetitivas y construidas siempre sobre los mismos mimbres, estos mismos no pueden negar que algunas de estas novelas son clásicos de la literatura contemporánea, como “El Resplandor“, “IT” o “Misery“. Y sus críticos cada vez tienen menos argumentos, pues haber recibido el National Book Award por su trayectoria y contribución a las letras americanas, confirma que hay mucho talento detrás de sus páginas de lectura compulsiva. Sus numerosas adaptaciones cinematográficas y televisivas, de gran éxito la mayoría, constatan que Stephen King es más que un superventas y que se puede considerar un icono de la cultura de la segunda mitad del siglo XX.

Stephen King ha hecho muy pocas incursiones más allá de sus géneros favoritos, y concretamente hay muy pocos libros que se puedan clasificar como fantasía épica más clásica. Por ejemplo, “Los ojos del dragón“, publicada originalmente en 1987, es un relato de fantasía con los elementos arquetípicos del género, con héroes y villanos, dragones, príncipes y hechiceros,… que nos cuenta como el joven príncipe Peter, hijo mayor del difunto rey Roland y legítimo heredero al trono, espera ser coronado nuevo monarca del reino de Delain. Pero el taimado Flagg, el mago de la corte y el consejero del rey, dispone que sea ungido el príncipe Thomas, un muchacho triste, torpe y rollizo al que manipula de acuerdo con sus siniestros propósitos. Sin embargo, Thomas posee un secreto que nadie ha sido capaz de adivinar: vio a Flagg envenenar al rey Roland para acusar después a Peter del crimen, que acabó encerrado en la torre de la Aguja para el resto de sus días.

Los ojos de dragón” (“The eyes of the dragon“) es un clásico cuento de hadas con el inevitable sabor de las novelas de Stephen King. De hecho esta novela estaría vinculada a una de sus obras más conocidas, “La torre oscura“, y el villano Flagg sería el mismísimo hombre oscuro de la saga que también aparece en “The stand” como Randall Flagg. De hecho el personaje, también llamado El Hombre Oscuro, ha aparecido hasta en nueve novelas de King, siempre como el malvado de la función, un hechicero al servicio del mal. A veces su aparición en las novelas de Stephen King es breve, un simple cameo, pero incluso entonces su rol incluye alguna intriga tramada por Flagg. Es, por lo tanto, parte esencial de la ‘mitología King’.

La novela está escrita por King pensando en su hija Naomi, quien hasta ese entonces no había leído ninguna de las novelas de su padre porque, según el escritor de Maine, “a ella no le interesaban ni mis vampiros ni mis monstruos“. Y por ese motivo “Los ojos de dragón” es un libro diferente del resto de su obra aunque no puede negarse que el gran maestro de la narrativa oscura también es capaz de sorprendernos y de dar una vuelta de tuerca más, un giro argumental sorprendente, a un género que a mediados de los años ochenta parecía que no podía aportarnos nada nuevo.

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