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Entre los años treinta y cuarenta del siglo pasado la productora Universal Pictures llevó a la gran pantalla a Drácula, Frankenstein, el Hombre Invisible, el Hombre Lobo, la Momia o el Fantasma de la Ópera. Hoy los conocemos popularmente como los ‘Monstruos de Universal‘. La mayoría de estos monstruos estaban basados en los personajes clásicos de la literatura gótica o romántica, adaptados al medio para convertirlos en criaturas terroríficas y, en ocasiones, malvadas. Años después, durante la década de los cincuenta, la productora de cine británica Hammer Film Productions recogió el guante y renovó el género del cine de terror con una serie de remakes no oficiales de las películas clásicas de Universal. De nuevo Drácula o Frankenstein, pero también nuevas versiones de la Momia o el Hombre Invisible. Y en las últimas décadas, el cine del siglo XXI ha intentado insuflar nueva vida a los monstruos góticos, ofreciendo a los espectadores versiones más modernas, o más fieles al original, pero también el cómic ha sabido sacar jugo de historias de terror, pero que exploraban asuntos tan complejos y actuales como la moral científica, la creación y la destrucción, la audacia de la Humanidad y su relación con la Naturaleza.

En 1932, tras las películas de “El fantasma de la ópera” (1925), “Drácula” (1931) y “Frankenstein” (1931) le llegó el turno a la Momia, dirigida por Karl Freund, uno de los directores de fotografía fundamentales del expresionismo alemán que huyó a los EE.UU. por culpa del ascenso del nazismo en su país de origen, y protagonizada por Boris Karloff, David Manners, Edward von Sloan, Leonard Mudie, Zita Johann y Arthur Byron, entre otros. La momia del título era el sacerdote Imhotep, sepultado vivo durante el Antiguo Egipto como castigo, que era resucitado tres mil setecientos años después, durante una expedición arqueológica. El protagonista estaba interpretado por Boris Karloff, uno de los grandes iconos del cine de terror clásico, pero a diferencia de otras películas de los ‘Monstruos de Universal’ como Drácula o Frankenstein, la productora no rodó ninguna secuela directa (aunque varios años después aparecieron algunas películas de serie B en las que Universal recuperaba al monstruo). También “Abbott and Costello Meet the Mummy“, aunque era una comedia que no tenía ninguna relación con las antes mencionadas. Más tarde, a finales de la década de los cincuenta y con Christopher Lee como la momia y Peter Cushing víctima de la persecución del monstruo, la productora Hammer también rodó varias películas de “La Momia“. Más recientemente, la comercial y taquillera película de Stephen Sommers de los años noventa, sus dos irregulares secuelas y la olvidable versión de Tom Cruise.

Sí, aunque hay muchas películas de momias solamente hay una “La Momia“, y es la primera de todas ellas. Junto a Drácula y Frankenstein marcó la historia del cine de terror en las primeras décadas del medio y ahora, casi un siglo después, sigue siendo un referente del género. Entre otros motivos por el excelente trabajo de Karl Freund, y el alucinante maquillaje de Jack Pierce, que supieron sacar partido de los miedos y los tiempos de conflicto que vivía la humanidad entre las dos guerras mundiales, así como el descubrimiento de la tumba de Tutankamón diez años antes, y utilizaron el cine para transportar al público a esos mundos fantásticos donde el bien luchaba contra el mal… y siempre ganaba el lado de los buenos.

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