A principios de los años noventa los franceses Marc Caro y Jean-Pierre Jeunet irrumpieron y sorprendieron a propios y extraños con su cine singular y moderno. Abrieron fuego juntos con “Delicatessen” en 1991, siguieron con “La ciudad de los niños perdidos” en 1995, Jeunet saltó a Hollywood con “Alien Resurrección” en 1997 con los storyboards de Caro y, ya en solitario, Jeunet alcanzó el Olimpo con “Amélie” en 2001 y “Largo domingo de noviazgo” en 2004. Después de eso, el ocaso… ¿y el olvido?
El éxito del humor negro de “Delicatessen”, reconocida con varios premios César y galardonada en Sitges, permitió el rodaje de “La ciudad de los niños perdidos“, un cuento infantil, oscuro y macabro, que Marc Caro había escrito a principios de los años ochenta. Protagonizada por Ron Perlman, Daniel Emilfork, Judith Vittet, Dominique Pinon y Jean-Claude Dreyfus, entre otros, “La cité des enfants perdus” nos trasladaba a una ciudad portuaria y futurista con un ambiente decadente, una ambientación fantástica y una estética singular conseguida gracias a las escenografías de Jean Rabasse, la fotografía de Darius Khondji y el vestuario de Jean-Paul Gaultier. Y la banda sonora de Angelo Badalamenti.
La historia, surrealista y plagada de criaturas extrañas, de tono sombrío, nos contaba la historia de Krank, un genio malvado que vivía en una plataforma perdida en el mar y que no podía soñar. Krank envejecía demasiado rápido a causa de su dolencia, y para evitarlo contrataba a un ejército de hombres ciegos, los Cíclopes, para raptar niños de la ciudad portuaria y robarles sus sueños. Al otro lado de la niebla, en la ciudad portuaria, One busca con tesón a su hermano pequeño desaparecido con la ayuda de una niña muy especial, Miette.
“La ciudad de los niños perdidos” (Marc Caro y Jean-Pierre Jeunet, 1995)

A ver, yo entiendo que estafa es cuando te quedas tú el dinero, no cuando el dinero es un donativo…