Hay ocasiones en las que la realidad supera a la ficción, y estamos viviendo en una de estas. Lo que sucede en Ucrania, la inacción del resto del mundo ante la barbarie, el ascenso de la extrema derecha en Europa (y en España), el elevado coste de vida que ahoga a familias humildes, la pandemia del Covid-19 que sigue sin acabar, las desigualdades que no conseguimos erradicar pese a que presumimos de vivir en el siglo XXI (económicas, de género, raza, religión o clase social),… Sí, el mundo está loco loco loco. Y la raza humana es la causa principal.
“El mundo está loco, loco, loco” (“It’s a mad, mad, mad, mad world“) es una divertidísima comedia coral del año 1963 dirigida por Stanley Kramer y protagonizada por Spencer Tracy (éste sería uno de los últimos trabajos del mítico actor, por entonces ya muy enfermo), Milton Berle, Sid Caesar, Jonathan Winters, Ethel Merman, Mickey Rooney, Buddy Hackett, Edie Adams, Dorothy Provine, Terry-Thomas, Phil Silvers, Dick Shawn y Peter Falk, entre otros, en la que nos contaban como ocho automovilistas que circulan por una carretera del sur de California comparten una experiencia que cambiará sus planes y sus vidas cuando un misterioso desconocido que ha tenido un accidente, antes de morir, les confiese el escondite de una fortuna procedente de un robo. Todos ellos, arrastrados por la avaricia y la histeria, emprenden entonces una endiablada y desenfrenada carrera, por tierra, aire y agua, y a bordo de cualquier vehículo, para adelantarse al resto y hacerse el botín de trescientos mil dólares, enterrado bajo dos palmeras en el parque de Santa Rosita. ¿Quién llegará el primero y se convertirá en millonario?
Nominada a seis Oscars, de los cuales solamente se llevó un par de premios técnicos (a los mejores efectos visuales y efectos de sonido), la película contaba con algunos de los actores del género cómico más populares de la época, así como algunos cameos de figuras ilustres del humor como Jerry Lewis, Buster Keaton, Don Knotts, The Shirelles o The Three Stooges, entre muchos otros, y el resultado no podía ser otro que una comedia divertidísima y disparatada, una verdadera obra de humor slapstick de golpes, resbalones y caídas, a medio camino entre los Autos Locos de Hanna-Barbera y el programa británico Top Gear de Richard Hammond, Jason Dawe y Jeremy Clarkson con ese desfile de los vehículos más variados, desde avionetas hasta coches, pasando por camiones, furgonetas, bicicletas, grúas, coches de policía y camiones de bomberos, que participarán en esta endiablada carrera por llegar el primero hasta el botín. “El mundo está loco loco loco” es, en resumen, un homenaje de Stanley Kramer a las comedias clásicas del cine mudo.
La película tuvo un reboot bastante digno, aunque a años luz del original, titulado “Ratas a la carrera” (“Rat Race“), que dirigió Jerry Zucker en el año 2001 y contó con un reparto de muchos quilates con Rowan Atkinson, John Cleese, Seth Green, Whoopi Goldberg, Amy Smart o Kathy Bates, entre otros.
Curioso porque justo ahora ando enganchado a la trilogía de los Arquitectos... y en cuanto acabe con ella iré a…