Este cómic, su cuarta obra publicada, sirvió para descubrir el talento del joven francés Bastién Vivès, un joven de veinticinco años que en el año 2009 recibió el premio Essentiel Révélation del festival de Agoulême y que desde entonces hasta hoy se ha convertido en uno de los grandes nombres del cómic europeo.
“Le goût du chlore” presenta una narrativa muy original y potente, que funciona con muy pocos elementos, y eso es realmente difícil: una piscina cubierta, dos personajes, escasos diálogos, miradas cruzadas y natación. La historia es una recopilación de instantes furtivos e íntimos entre un chico que nada en una piscina, siempre en miércoles, para corregir su escoliosis y una nadadora anónima de cuerpo perfecto de la que se enamorará platónicamente.
Las deliciosas ilustraciones minimalistas de Vivès, su reducida paleta de colores, planos cortos y composición ínfima, las formas borrosas bajo el agua, nos harán experimentar en primera persona esta modesta y cotidiana historia de amor que se desarrolla entre largo y largo, mientras los dos personajes nadan y nadan. ¡Qué bueno se ha de ser para conseguir decir tanto con tan poco en “El gusto del cloro“!
Pues yo la disfruté, no me pareció tan absurda porque, bueno, ya se veía que algo raro iba a pasar.…