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El malogrado director Tony Scott, hermano pequeño de Ridley Scott que se suicidó en el 2012 a los 68 años, se había labrado una filmografía repleta de títulos de acción de calidad con un notable éxito comercial entre los que sobresalieron “Top Gun“, “Amor a quemarropa“, “Spy Game“, “Marea Roja” o “El último Boy Scout“. Para algunos Tony era el hermano Scott con menos talento, pero si uno revisa la totalidad de la filmografía de los dos hermanos se demuestra que Ridley solamente puede salvar unos pocos títulos del paredón y que, en conjunto, la obra de Tony Scott es mucho mejor. Para empezar, su primer trabajo ya es sobresaliente.

La ópera prima de Tony Scott fue “El ansia” (“The hunger“), un clásico de culto vampírico que contaba con un reparto encabezado por Susan Sarandon, el Duque Blanco David Bowie, Catherine Deneuve, Cliff De Young y Willem Dafoe, y nos contaba la historia de Miriam Blaylock, una mujer inmortal que colecciona no sólo arte y joyas, cuadros del Renacimiento y colgantes del Antiguo Egipto sino, sobre todo, amantes y almas. Moderna y elegante, Miriam es una vampiro intemporal residente en Nueva York con John, su último amante, que se mantiene eternamente joven con la sangre de doncellas. Ella es una mujer bendecida con la belleza y maldecida con su sed de sangre que vivirá un irresistible y sangriento triángulo amoroso con John y la doctora Sarah Roberts (Deneuve, Bowie y Sarandon, una francesa, un británico y una estadounidense).

Basada en la novela homónima de Whitley Strieber, con un guión de Ivan Davis y Michael Thomas, la película no fue muy bien recibida en su estreno, aunque el tiempo ha sido justo con “El ansia” y la ha puesto en el lugar que se merece. Su sugerente relato sobre vampiros comenzó a volverse una obra de culto a finales de los años ochenta. Es, con justicia, una de las mejores películas del género, y su puesta en escena, fotografía, atmósfera y montaje, que en el año 1983 fueron objeto de crítica, hoy son aplaudidas. Su visión particular del vampirismo, con referencias a la soledad del inmortal y el lesbianismo, sirvió de inspiración a otros acercamientos particulares sobre los vampiros, como “Entrevista con el vampiro” de Neil Jordan o “Solo los amantes sobreviven” de Jim Jarmusch. Tony Scott no volvería nunca al género.

Son muchos los que no pueden olvidar “El ansia“, y algunos de ellos es por esa memorable escena lésbica entre la elegantísima vampira inmortal Catherine Deneuve y la desinhibida pelirroja Susan Sarandon… aunque es un hecho contrastado que la actriz francesa rechazó hacer la escena y Tony Scott recurrió a una doble. Susan Sarandon no: ese cuerpazo es todo suyo.

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