¿Hasta dónde estarías dispuesto a llegar para alcanzar el éxito? Si no tienes escrúpulos, si la ambición te ciega, si estás dispuesto a utilizar todas las herramientas necesarias y a dejar cadáveres por el camino, reales y metafóricos, te aseguramos que alcanzarás el éxito o una celda en la cárcel. Además de perder muchos amigos por el camino y, al final de todo, tu propia humanidad. Lamentablemente, en este mundo nuestro, hay demasiada gente que, por fama o por dinero, están dispuestos a cualquier cosa.
A finales de los años ochenta Pamela Ann Smart, una atractiva profesora de instituto de New Hampshire, sedujo a tres de sus alumnos y les persuadió para asesinar a su infeliz esposo y cobrar un suculento seguro de vida. El proceso judicial, en 1990, constituyó el primer juicio televisado en Estados Unidos. Fue condenada a cadena perpetua.
Este caso sirvió como inspiración para la novela “To die for” de Joyce Maynard que, a su vez, se adaptó a la gran pantalla dirigida por Gus van Sant, a partir de un guión de Buck Henry, y protagonizada por Nicole Kidman, Matt Dillon, Joaquin Phoenix, Alison Folland y Casey Affleck, entre otros. La película nos contaba como Suzanne Stone sueña con convertirse en una presentadora estrella de la televisión. Su ambición es tan desmesurada que no admite la posibilidad de que nada ni nadie se interponga en su camino. Por esa razón intentará eliminar a su marido Larry, que representa un gran obstáculo para su carrera, con la ayuda de tres estudiantes.
Después de dar el salto a nivel internacional con “Calma total“, y de dejar de ser conocida simplemente como la preciosa esposa de Tom Cruise, la actriz australiana Nicole Kidman demostró en esta película su talento como actriz, con el que logró un Globo de Oro a la mejor actriz pero ni siquiera fue nominada al Oscar por este papel de mujer fatal, una sociópata narcisista, manipuladora y ambiciosa inspirada en la viuda negra Pamela Ann Smart.
La película de Gus Van Sant, por supuesto, es una feroz crítica a la fama y a la televisión, y también a la ambición desmedida que lleva a muchos infelices a hacer cualquier cosa por cinco minutos de gloria. Tristemente los blancos de su sátira no han caducado, y los programas de telerrealidad, la fauna del ‘cuore‘ de las cadenas de televisión, o los famosos y colaboradores de Tele 5 son el ejemplo perfecto.
“Todo por un sueño” (Gus van Sant, 1995)

A ver, yo entiendo que estafa es cuando te quedas tú el dinero, no cuando el dinero es un donativo…