Empezaremos esta microreseña con una frase de abuelo (o, como nos llaman ahora a los cuarentones, de pollavieja): “ya no se hacen películas como las de antes“. Y “El último Boy Scout” es un claro ejemplo de ello.
Dirigida por el malogrado Tony Scott, hermano pequeño de Ridley Scott que se suicidó en el 2012 a los 68 años, con una filmografía repleta de títulos de acción de calidad con un notable éxito comercial entre los que sobresalieron “Top Gun“, “Amor a quemarropa” y “Marea roja“, “El último Boy Scout” (“The last Boy Scout“) es una película notable de argumento bien sencillo, hasta convencional: una estrella del fútbol americano caída en desgracia y un detective privado en horas bajas unen sus fuerzas para resolver un crimen.
Este violento y entretenido thriller de acción escrito por Shane Black puede presumir que, en su momento, se convirtió en guion el más caro de la historia del cine. Hasta 1,75 millones de dólares pagaron por él, hasta que llegó dos meses después Joe Ezsterhas con “Instinto Básico” y superó esta cifra. Y también era el guion que tenía más palabras malsonantes por minuto de la historia del cine… hasta que llegó Quentin Tarantino.
¿Qué hace que aún hoy recordemos “El último Boy Scout” y aconsejemos un revisionado? Un protagonista en su mejor momento (Bruce Willis), una secundaria a punto de dar el salto al estrellato (Halle Berry), los tonos azulados y ocres de la fotografía de Ward Russell, la buena química entre los dos protagonistas, y el sentido del humor que tiñe toda la cinta, con ese constante intercambio de pullas de Dix y Hallenbeck. También que es un buen ejemplo de un género, el de las buddy-movies, que tuvo su momento de gloria durante los años noventa y alcanzó la cúspide con otro guion anterior de Shane Black, “Arma letal“, del cuál tomó incluso pedazos descartados. Es cierto que Dix y Hallenbck no funcionan tan bien como Riggs y Murtaugh en “Arma letal“, y quizás por eso mismo Mel Gibson y Danny Glover se convirtieron en una rentable y prolífica franquicia, y el dúo formado por Bruce Willis y Damon Wayans no tuvo más películas.
Pues yo recuerdo está película con mucho cariño. Quizás no llegue al nivel de Toy Story o Gremlins pero... ¿qué…