Chick Bill regresa a las librerías con un nuevo volumen publicado por Dolmen Editorial, esta vez conteniendo tres álbumes y varias historias cortas comprendidas entre los años 1966 y 1967, creadas por Tibet y el guionista Duchâteau.
¡Más emocionantes aventuras de Chick Bill y compañía (aunque el bueno de Kid Ordinn ocupe a menudo el papel protagonista), con un Tibet en plena ebullición creadora!
En El rancho encantado, Chick Bill debe resolver el misterio de unos fantasmas “generosos” que merodean por la noche… y que en vez de robar dinero, lo dan. El felón que halló un filón se inicia con la llegada de Cresus, un buscador de oro cuyo inseparable péndulo traerá complicaciones a los habitantes de Wood City. Y en El arma secreta de Kid Ordinn, nuestro (anti)héroe demostrará su talento (es un decir) artístico con el violín. Todo ello complementado con tres desopilantes historias cortas (“Kidordinnerías”) y nuestros extras.
Con el permiso de Lucky Luke, las aventuras de Kid Ord… perdón, de Chick Bill, representan una de las mejores historietas de humor francobelga ambientadas en el western americano. Divierten y se leen con interés, que no es moco de pavo, gracias a sus argumentos hilarantes, propios de la comedia de enredo.
El presente volumen es el sexto tomo que Dolmen Editorial pone a nuestra disposición, siendo el quinceavo en orden cronológico según se señala en la contraportada. Aún quedará retroceder a los primeros años, empezando por el año 1953, cuando nuestros amigos Chick Bill, Kid Ordinn y el sheriff Dog Bull eran animales antropomórficos, un león, un cerdo y un toro, respectivamente. Pero ahora nos encontramos inmersos en los años sesenta y estas historias se publicaban página a página en el semanario Tintin de Editions du Lumbard, la revista de los jóvenes de 7 a 77 años y que disfrutaba de dos ediciones paralelas, una francesa y otra belga.
Ya sabemos la encarnizada competencia que hubo entre las revistas Tintin y Spirou. Esta última contaba con el delgado vaquero Lucky Luke entre sus páginas, siendo el año 1967 uno de los más memorables para ese personaje con la serialización de “La diligencia“, “Arizona 1880” y “El pie tierno“, estos dos últimos ya sin René Goscinny a los guiones, tomando Morris la autoría completa. Incluso Lucky Luke contó con un número de Spirou especial de 108 páginas ese mismo año. Mientras tanto, en el semanario Tintin, Tibert y Duchateau serializaban la aventura “El rancho encantado” de 22 páginas, “El arma secreta de Kid Ordinn” de 44 y “El felón que halló un filón“, también de 44 páginas, además de las historias cortas “Cuestión de honor“, “El deber ante todo” y “El grito paralizador“.
En el excelente artículo de Carlos de Gregorio al final del libro se nos ofrece una pormenorizada biografía del escritor André-Paul Duchateau, al que se denomina como maestro del enigma. En efecto, como ya vimos en el pasado tomo en el que relevó a Greg en los guiones de Chick Bill, Duchateau aporta un tono de misterio que casa perfectamente con el tono de comedia. Los juegos de palabras (muchos intraducibles), los gags visuales y el slapstick se complementa perfectamente con la intriga personificada en el cazador de recompensas anónimo en “El felón que halló un filón“, en el arma secreta que porta Kid Ordinn y que desconocen los ladrones del segundo álbum, o en el misterio que rodea al rancho en el primer álbum.
Como en números anteriores, Kid Ordinn es el rey de la fiesta y fue tal su popularidad entre los lectores, que las historias cortas, humorísticas y ligeras, llevan el título de “Las aventuras de Kid Ordinn“. Dog Bull es el perfecto contrapunto a este personaje, siempre malhumorado y comportándose brutalmente hacia él, tal como hemos visto en el cine con comediantes como Laurel y Hardy o Abbot y Costello. Chick Bill, y el niño indio Pequeño Caniche pueden resolver la situación y actúan más que hablan, pero tampoco son personajes carismáticos y pasan desapercibidos en muchos momentos.
En España pudimos disfrutar de estos personajes en la revista de Bruguera “Zipi y Zape Especial” y en álbumes en las editoriales Toray y Jaimes Libros. Por fin podremos completar esta colección, que su autor prolongó muchos años hasta su fallecimiento en 2010. Dolmen Editorial nos ofrece esta serie en su formato habitual de libros en tapa dura, buen papel y con extras jugosos, como los insertos de portadas de Tintin. Hay un fallito en la edición, y es que en la página 53 una mitad ha quedado pixelada. Como decían en “Con faldas y a lo loco“: “Nadie es perfecto”.
Chick Bill, con Tibet dibujando como dictaba Hergé y su línea clara, pero con un estilo más suelto, es un aliciente más en estas historias del todo divertidas y recomendables para cualquier público al que le guste pasar un buen rato de lectura.
Chick Bill (1966-1967)
Autores: Tibet y Duchâteau
ISBN: 978-84-18510-36-6
Formato: 21x28cm. Tapa dura. Color.
Páginas: 152
Precio: 32,90 euros
A ver, la de abogados cristianos (me la agarras con la mano) me parece tan estúpido... en fin, además ahora,…