Sin duda la gran revelación del 2012 en lo que a series se refiere. En su primera temporada “Homeland” ha derrotado en los premios más importantes a pesos pesados como “Juego de tronos“, “Dowtown Abbey” o “Mad men” y todo gracias a una fascinante trama de espionaje donde la duda provoca un irrefrenable deseo en el espectador de saber más y más.

 

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Título original: Homeland

Director: Howard Gordon (creador), Alex Gansa (creador), Gideon Raff (creador), Michael Cuesta

Guión: Howard Gordon, Alex Gansa, Gideon Raff, Chip Johannessen

Música: Sean Callery

Fotografía: Nelson Cragg

Reparto: Claire Danes (Carrie Mathison), Damian Lewis (Nicholas Brody), Mandy Patinkin (Saul Berenson), Morena Baccarin (Jessica Brody), David Harewood (David Estes), Diego Klattenhoff (Mike Faber), Jackson Pace (Chris Brody), Morgan Saylor (Dana Brody), Hrach Titizian, David Marciano, Navid Negaban (Abu Nasir), Chris Chalk, Jamey Sheridan, Maury Sterling, Amy Hargreaves, Marin Ireland

Productoras: Showtime; Fox

 

 

 

 


 

 

Podríamos decir que la irrupción de “Homeland” en el panorama actual de series ha sido como la entrada de un elefante en una cacharrería, llevándose por delante todo lo habido y por haber. Ya comenzaron las sospechas cuando le birló el Globo de Oro a mejor serie dramática del 2011 a “Juego de tronos”, “Boardwalk empire” y “American horror story”; pero se ha confirmado con los cuatro Emmy que ganó hace no mucho (mejor drama, actor, actriz y guión) derrotando también a esas dos joyas que son “Downtown Abbey” y “Mad men” y en el caso de la segunda el revés habrá sido doloroso para sus responsables porque de haber ganado lo hubieran hecho por quinto año consecutivo batiendo todos los récords de estos premios.

 

Lógicamente los premios son mera anécdota y no siempre gana el mejor o el que más gusta, pero desde luego pocas series faltan entre las que andaban en liza y si hay algo seguro es que “Homeland” merecía estar ahí.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La clave del éxito es una producción muy cuidada a todos los niveles, pero sobretodo posee unos guiones brillantes y un argumento apasionante: el sargento de la marina Scott Brody es liberado tras ocho años desaparecido en Irak y al volver a casa es acogido con honores de héroe por todos salvo por la agente de la CIA Carrie Mathison, a la que un soplo confirmó que un agente norteamericano se había pasado a Al Qaeda y piensa que pueda ser Brody.

 

La serie no sólo se centra en la ya de por sí fascinante investigación de la agente Mathison (al borde de la obsesión) y su superior Saul, además desarrolla varias subtramas y asuntos no menos interesantes: las dificultades de la familia de Brody para acogerle de nuevo (su mujer estaba ya rehaciendo su vida con otra persona y sus hijos casi no lo recuerdan), las dificultades del propio sargento (a medio camino entre el síndrome de Estocolmo y el reconocimiento de las masas), los tejemanejes políticos…pero sobretodo el efecto imán que produce esta serie sobre nuestro interés como espectadores es la duda y es que ésta sobrevuela sobre varios personajes que pueden ser una cosa u otra porque todos tienen un lado oscuro e información que ocultan a los demás.

 

 

Sí hay que explicar que la serie va desentrañando un complejo entramado de relaciones, que es más un relato de espionaje que otra cosa y que se toma su tiempo para irnos revelando la verdad. Quien desee acción no la va a encontrar salvo en pequeñas dosis, lo cual no es necesariamente un problema porque lo que se pretende es que el relato sea verosímil y que lo que está oculto vaya aflorando poco a poco. Simplemente lo comento porque hay que tomarse la serie con paciencia, lo mejor va surgiendo al final de esta primera temporada que es cuando se produce algún giro inesperado que te deja literalmente KO (ya estoy hablando demasiado).

 

La series una apuesta decidida de su productora, así que está muy cuidada y trabajada, lógicamente. Yo destacaría que el montaje es muy bueno, pero sobretodo y a parte de los ya mencionados guiones pienso que gran parte de su éxito radica en la brillante actuación tanto de Claire Danes como de Damian Lewis porque hay que tener en cuenta que sus personajes no sólo son los protagonistas, sino que les exigen una gran riqueza de matices y en ambos casos lo resuelven con sobresaliente.

 

En definitiva, una serie de visión obligatoria para cualquier aficionado a este tipo de intrigas y que promete mucho para su segunda temporada.