Era muy, muy arriesgado, atreverse a modificar de forma substancial el origen de la “Patrulla-X” y reescribir los míticos acontecimientos narrados en el clásico “Giant Size X-Men #1” titulado “Segunda Génesis“, con guión de Len Wein y dibujo de Dave Cockrum. Era jugar con fuego y arriesgarse a consumirse en las llamas. Quizás hasta se podría decir que era innecesario reinventar el enfrentamiento de los X-Men de Charles Xavier contra la isla Krakoa… pero la jugada le salió sorprendentemente bien al guionista Ed Brubaker. Incluso los aficionados más puristas y los lectores más exigentes aplaudieron su “X-Men: Génesis Mortal“.
Hubiera podido salir mal, como “La saga del clon” de Spiderman, pero Ed Brubaker salió indemne de su osadía de reescribir las raíces de la segunda generación de la “Patrulla-X“, de crear un nuevo y poderoso antagonista para los mutantes (Vulcano) y de sacar los trapos sucios de un símbolo hasta hoy intachable (el profesor Charles Xavier), de inventarse un secreto turbio que volvía para perseguir a los mutantes de la Escuela de Xavier para Jóvenes Dotados y arrojaba nueva luz sobre la refundación del grupo.
El resultado de “X-Men: Génesis Mortal” (“X-Men: Deadly Genesis“), visto con la ventaja que ofrece el paso del tiempo, es brillante. Una revisión sólida y coherente desde una perspectiva inédita e inesperada de los hechos narrados en los años sesenta y de los viejos cabos sueltos de la cabecera en forma de miniserie de seis capítulos que sucedía mientas los mutantes trataban de sobreponerse de los sucesos ocurridos tras la Dinastía de M, y el terrible “No más mutantes” de Wanda Maximoff. ¿Quién es Vulcan y que le pasó para convertirse en el peor enemigo de la Patrulla? ¿Qué ocurrió realmente en Krakoa hace tantos años? ¿Por qué se lo había guardado Xavier durante tanto tiempo? ¿Cómo resolverán los Summers su disputa ahora que, en lugar de dos hermanos, son tres y uno de ellos es un villano psicópata?
Tras la brillante jugada de Ed Brubaker con esta “Génesis Mortal“, que se sacó de la chistera a un hermano Summers desconocido para poner patas arriba toda la historia de los mutantes que nos habían contado hasta entonces, la aventura seguiría adelante con una muy recomendable “Auge y caída del Imperio Shi’ar” en la que Gabriel Summers seguía adelante con su odisea personal, en busca de venganza y de un trono a la altura de su grandeza. Una space opera en toda regla.
Pues yo la disfruté, no me pareció tan absurda porque, bueno, ya se veía que algo raro iba a pasar.…