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Vampirella es un personaje cuya aparición solamente se puede explicar en el contexto de su tiempo. Creada por Forrest J. Ackerman y Trina Robbins como personaje de cómic para la editorial Warren Publishing a finales de los años sesenta, Vampirella anticipaba la revolución sexual femenina, tal y como había hecho pocos años antes la Barbarella de Jean-Claude Forest y su versión cinematográfica protagonizada por Jane Fonda. Sus historias mezclaban el terror con el erotismo, y no dudaban en presentarnos a una mujer fuerte, de ideas claras, valiente, en ningún caso sometida al poder masculino y sexualmente activa, tal y como proponía la revolución sexual en ciernes que reclamaba la normalización del sexo, la desaparición de la censura, la reivindicación de la sexualidad femenina y del sexo premarital, así como las expresiones eróticas en la moda y el arte. Los tiempos estaban cambiando, y Vampirella fue una de las palancas del cambio.

La primera aparición de Vampirella fue en el primer número de su revista homónima, publicada en septiembre de 1969, donde aparecía como un simple personaje secundario, la anfitriona de otros relatos de terror, pero para el octavo número de la revista, en noviembre de 1970, ya asumió un papel principal y se convirtió en protagonista de sus propias peripecias, escritas por Archie Goodwin. Ella era Vampirella, una exuberante vampira que huye de la destrucción de su planeta, Drakulón, y llega al planeta Tierra con el objetivo de destruir a los vampiros malvados que pueblan nuestro mundo. En realidad poco importaba lo que le sucediese, las emocionantes y extrañas aventuras junto al mago Pendragon o su enamorado Adam Van Helsing, siempre y cuando la deliciosa anatomía femenina de la alienígena de Drakulón nos fuese mostrada con extrema generosidad por parte de los dibujantes encargados del cómic.

Warren Publishing, responsable también de revistas como “Eerie” y “Creepy“, convirtió a Vampirella y su revista homónima en todo un éxito que se alargó hasta 112 números a lo largo de varias décadas hasta que en 1983, tras la bancarrota de Warren, la editorial Harris Publications se hizo cargo del personaje tras adquirir sus derechos en una subasta. Harris respetó el formato y la numeración de la anterior revista publicada por Warren, y siguió publicando las aventuras de Vampirella entre 1991 y 2010. A partir del año 2011 la vampiresa fue a parar al catálogo de Dynamite Entertainment, donde aún sigue dando guerra.

No se puede obviar que Vampirella fue elevada a la categoría de icono del terror y el erotismo por Frank Frazetta y Pepe González, los dos dibujantes que mejor supieron representar a la vampiresa ataviada con su peculiar bikini de color rojo que apenas deja espacio para la imaginación. No hay que ignorar tampoco las aportaciones de un montón de artistas españoles como Esteban Maroto, Gonzalo Mayo, José Ortiz, Leopold Sánchez, Pablo Marcos, Ramón Torrents, y otros muchos dibujantes que aportaron su granito de arena en la construcción del mito, pero es el trabajo de Frazetta y el barcelonés González los que han pasado a la posteridad. Nadie dibujaba mujeres como lo hacía el añorado Pepe González.

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