Un monje de la orden de los cartujos que ha hecho voto de silencio recibe la notificación del fallecimiento de su tía y es citado para la lectura del testamento en parís. Tras veinticinco años en clausura deberá afrontar el mundo exterior y reencontrarse con su pasado. Este es el planteamiento de “Un ruido extraño y hermoso“, la novela gráfica escrita y dibujada por Zep y publicada por Planeta Cómic.

Un ruido extraño y hermoso
Zep (Philippe Chappuis)
Planeta Cómic
96 páginas
22 euros

Libro de historietas encuadernado en cartoné de 96 páginas interiores en color más cubiertas que contiene la traducción del cómic original Un bruit étrange et beau publicado por Rue de Sèvres en 2016 para el mercado francobelga. Volúmen único.

“Aquel día, la muerte me dio tanto miedo que quise creer en un Dios más fuerte que ella. Y terminé escogiendo una vida parecida a la muerte. Para acostumbrarme.”

Hace 25 años, William eligió la soledad y el silencio ingresando en la orden cartujana. Cuando una herencia lo obliga a abandonar el monasterio para ir a París, descubrirá un mundo completamente nuevo, cuestionándose certezas forjadas hace tiempo y, sobre todo, reencontrándose con su antigua vida, ahora tan lejos…

Su encuentro con Méry, una joven decidida a aprovechar el poco tiempo que le queda a causa de una enfermedad incurable, lo confrontará con nuevas preguntas y complicará sus elecciones.

Zep (1967), pseudónimo de Philippe Chappuis, es un autor de cómics suizo, cuya obra más conocida es Titeuf, que creó en 1992 para un fanzine y posteriormente aterrizaría en la editorial francesa Glenat. Con el estilo de dibujo humorístico, característico de la revista Spirou, donde dio sus primeros pasos como profesional, la fama de Titeuf traspasó fronteras y dio el salto a los dibujos animados. Pero Zep (homenaje al grupo de rock Led Zeppelin) es un autor inquieto, y tiene más producción que sigue otros derroteros, como demuestra Un ruido extraño y hermoso (Un bruit étrange et beau) publicado por Rue de Sèvres en 2016 para el mercado francobelga y que ahora traduce Planeta.

Marcus es el monje, el protagonista de esta historia melancólica y serena. Al principio del libro lo vemos en sus ocupaciones diarias como cartujo. La Orden de los Cartujos es una orden contemplativa de la Iglesia Católica, fundada por San Bruno en el año 1804. La orden cartuja es de las más austeras en la práctica, esto es, caracterizada por la sencillez y moderación, además de rigurosa en el cumplimiento de las normas morales, Wikipedia dixit.

Vemos al personaje comentar su situación: soledad, pobreza, obediencia, castidad y silencio. Contrasta con el interés mostrado por el monje encargado de recibir y contar las misivas llegadas del exterior, que insiste en que debe acudir a la apertura del testamento para adquirir la posible herencia del familiar finado. Tras 25 años de encierro, resultará interesante ver cómo actúa el monje en el ajetreado París de ahora.

Lo que más llama la atención de esta obra es su tratamiento visual optando por el bitono para separar las diferentes escenas en las que se divide la narración. Con flashbacks en los que se retrata el pasado del personaje y cambios en el tiempo. Vemos colores apagados ocres, azules y morados, entre otros, que resultan efectivos como cortes al pasado y al presente. El estilo de dibujo, con el trazo de pincel fino y la ambientación es exquisito, y transmite la serenidad que una obra de estas características requiere. También destaca el dibujo de los emblemáticos edificios de París.

Pero además de su parte gráfica, Un ruido extraño y hermoso destaca al tratar temas importantes como la creencia en Dios, el amor, la muerte y la propia vida. Temas existencialistas tratados con realismo y sin decantarse por una postura u otra, ya que todo es expuesto desde los puntos de vista de los dos personajes centrales, Marcus y Mery.

Sin ser una obra maestra, este libro es lo suficientemente interesante para aquel lector que busque una mirada a la realidad más comedida. No hay estridencias ni salidas de tono. Se lee en un suspiro, eso sí. No hay densidad en los textos, como se podía prever, si no ligereza. Es una obra dramática dibujada con gusto y que plantea alguna que otra reflexión. Puede resultar monótona si se busca algo verdaderamente sustancioso, con todo es entretenida. El final está un poco fuera de lugar, porque ya se ha visto en otras muchas historias y tampoco tiene mucho sentido aquí. Cuando lo lean, comprenderán mis palabras.