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En 1978 Richard Donner y Christopher Reeves nos habían hecho creer que Superman podía volar, parar un tren con las manos y detener las balas con su cuerpo. Apenas un par de años después, con Richard Lester ocupando la silla del director, Christopher Reeves volvió a enfundarse el uniforme rojo y azul del Hombre de Acero, el célebre personaje creado por Jerry Siegel y Joe Shuster, para enfrentarse a tres antiguos enemigos de su padre (interpretados por Terence Stamp, Sarah Douglas y Jack O’Halloran), también nativos de Krypton, que llegan a la Tierra con intenciones hostiles.

En “Superman II” volvemos a tener al frente de la función al tímido periodista Clark Kent, que trabaja en el periódico Daily Planet de la ciudad de Metrópolis junto a Lois Lane, que cuando es necesario se quita las gafas y se enfunda su traje de Superman para usar sus fantásticos poderes sobrehumanos para defender el planeta Tierra. Sin embargo, tres villanos que fueron desterrados del planeta Krypton han conseguido salir de su encierro en la Zona Fantasma y han llegado a la Tierra con la malvada intención de someter al planeta. Superman deberá entrar en acción para impedirlo, pero con prudencia y astucia, ya que sus oponentes, el general Zod, Ursa y Non, tienen de sus mismos poderes y le superan en número.

El paso del tiempo ha demostrado que “Superman II” quedó lejos de la brillantez de su predecesora. Parte de la responsabilidad hay que achacársela a los productores, que despidieron a Richard Donner en mitad del rodaje argumentando un retraso en el calendario estimado y que se había sobrepasado el presupuesto disponible, y sentaron en la silla del director a un profesional Richard Lester. Este volvió a rodar algunas escenas, añadió otras, e impuso a su película un tono más cercano a la comedia aunque mantiene la espectacularidad. En el año 2006 llegó a ver la luz la versión de Richard Donner, la “Superman II: The Richard Donner Cut“, que había dejado rodada casi tres cuartas partes de la película. Esta versión, que no se estrenó en cines, permite entender que “Superman” y “Superman II” habían sido concebidas como una única película y que algunas de las ideas desechadas eran mejores que las que propuso el director suplente.

No hay que olvidar, sin embargo, que el papel protagonista seguía en manos de Christopher Reeves, el Superman perfecto. El mejor Superman dentro y fuera de la pantalla pues tras el accidente del mayo de 1995, en el que el actor se rompió el cuello tras caerse del caballo y quedó paralizado de los hombros para abajo y tuvo que usar una silla de ruedas y un respirador por el resto de su vida, no se rindió, siguió adelante con firme voluntad y dedicó el resto de su vida, hasta el 10 de octubre de 1994 cuándo falleció, al altruismo y el activismo en favor de la investigación de lesiones espinales con células madre.

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