“La niebla” (Frank Darabont, 2007)

Frank Darabont es, de largo, el director que mejor ha sabido hacer adaptaciones al cine de la obra del prolífico escritor Stephen King: A “Cadena perpetua“, “La milla verde” y “La niebla” me remito, tres excelentes películas que forman parte de la filmografía de Frank Darabont y la bibliografía de Stephen King.

Stephen King es el autor más destacado de la literatura de terror y suspense, un maestro del género que se ha ganado el título con todo merecimiento por constancia, su obra prolífica y su imaginación desbordante. Tiene una legión de seguidores fieles que esperan con impaciencia cada nuevo título, que llegan de forma constante, año tras año, gracias a su enorme capacidad de trabajo. Las numerosas adaptaciones cinematográficas y televisivas de su obra constatan que Stephen King es mucho más que un escritor superventas sinó que se le puede considerar un icono de la cultura de la segunda mitad del siglo XX y principios del siglo XXI.

“La niebla” es una de las mejores adaptaciones cinematográficas de una novela de Stephen King. Las hay de muy buenas, de buenas, de malas y de muy malas, y “La niebla” de Frank Darabont se encuentra en la franja más alta. Protagonizada por Thomas Jane, Marcia Gay Harden, Laurie Holden, Andre Braugher, Toby Jones y Bill Sadler, nos cuenta como David Drayton y su hijo van al supermercado del pueblo para abastecerse tras una tormenta, cuando una espesa niebla que esconde algo terrorífico va a caer sobr el lugar. David y su hijo van a quedar sitiados durante bastantes días, junto a docenas de personas, en el establecimiento. El horror, una plaga de bestias, acecha fuera entre la niebla antinatural… pero también dentro, entre la jauría humana.

“La niebla” (“The Mist“) es una película que, aunque repleta de monstruos tentaculares que amenazan la vida de un heterogeneo grupo de supervivientes que permanece resguardado en un ‘badulaque’ de un pueblo cualquiera de Maine, en mitad de ninguna parte, no deja de ser también un drama que muestra la bajeza del ser humano en situaciones límite. Homo homini lupus. El hombre es un lobo para el hombre. Y por si no fuera suficiente Frank Darabont decidió cambiar el final original del relato, con el visto bueno del autor, para hacerlo aún más dramático y deprimente.