Spirou y Fantasio, igual que Tintín, han vivido aventuras por todo el mundo, en historias que les han llevado desde las exóticas junglas de Palombia hasta la gélida ciudad de Moscú, pasando por New York, Australia, África, el sudeste asiático o incluso hasta las profundidades del mar. ¿Hemos dicho Moscú? Pues en “Spirou y los Soviets” los dos personajes volverán a viajar hasta Rúsia, en plena Guerra Fría, para rescatar a su amigo, el conde de Champignac.
¡El conde de Champignac ha desaparecido! ¡Ha sido secuestrado por agentes de la KGB! Los científicos rusos lo necesitan para ayudarlos a difundir el gen del comunismo en todo el mundo. En el contexto de la Guerra Fría, Spirou y Fantasio emulan a James Bond, son espías infiltrados con la tapadera de un informe para Vaillant (Pif Gadget), el periódico comunista de la época. ¿Lograrán liberar a Champignac del alistamiento bolchevique y salvar al mundo de la contaminación comunista?
“Spirou y Los Soviets“, de Fred Neidhardt y Fabrice Tarrin, es la última aventura de Spirou y Fantasio publicada en España por la editorial Dib·buks, y forma parte de las historias one-shot publicadas bajo el título “Una aventura de Spirou y Fantasio por…” (“Le Spirou de…“), una colección especial de álbumes con volúmenes autoconclusivos creados por artistas invitados para la ocasión como Yoann y Vehlmann (“Les géants pétrifiés”), Frank leGall (“Les marais du temps”), Émile Bravo (“Diario de un ingenuo” y “La esperanza pese a todo“), Tehem, Makyo y Toldac (“La Mascarada“), Benoît Feroumont («Fantasio se marie”), Fabrice Parme y Lewis Trondheim (“Pánico en el Atlántico“) o Olivier Schwartz y Yann (“Un botones de verde caqui” y “La mujer leopardo”), en la que grandes autores del BD ofrecen su propio punto de vista de las aventuras de Spirou y Fantasio, relatos alternativos e independientes, a menudo visiones distintas y, normalmente, más comprometidas y modernas.
Esta historia escrita por Fred Neidhardt nos cuenta una trepidante aventura que lleva a Spirou y Fantasio hasta la Union Sovietica de los años sesenta, en plena Guerra Fría, para rescatar al adorable, despistado y excéntrico Pacôme Hégésippe Adélard Ladislas, Conde de Champignac, de las garras de la KGB, que lo han secuestrado para aprovecharse de sus habilidades para extender el comunismo por todo el mundo.
La verdad es que el cómic empieza bien, con un gancho muy simple que sirve para dar inicio al viaje de los dos héroes (el secuestro del conde por parte de agentes de la KGB), el rayo hipnótico G.P.S., la ingeniosa idea de convertir a Spif en una brújula o un divertidísimo paso por las oficinas del semanario Dupuis cargado de cameos hilarantes (yo ahí he visto a Gaston Lagaffe y muchas referencias directas e indirectas a Tintín o incluso a James Bond), pero la cosa no tarda nada en torcerse, cuando Neidhardt y Tarrin ponen su atención en la U.R.S.S. y nos empiezan a hablar del “cromosoma comunista”, una estupidez que echa por tierra todo lo conseguido hasta entonces. Entramos entonces en un tramo irregular que combina los clichés sobre los rusos, los entretenidos intentos de los protagonistas para rescatar a su amigo, acompañados por una robusta guía rusa, o el paso por un gulag en Siberia, metido con calzador, con el desarrollo del taimado plan de los bolcheviques. Y en el tramo final la historia de Fred Neidhardt se mete de cuatro patas en un lodazal del que era muy difícil salir indemne. Si hasta ese momento la aventura de Spirou y Fantasio era una misión de rescate con algunas referencias, la mayoria desafortunadas, sobre la Rúsia comunista de la segunda mitad del siglo XX, ¿quién les mandaba convertir el cómic en un panfleto anticomunista? Seguramente los autores querían poner en evidencia las miserias de los dos sistemas políticos que se enfrentaron durante la Guerra Fría, pero la realidad es que atizan al comunismo y blanquean a un capitalismo que, seamos sinceros, tiene tantos motivos para avergonzarse como su antagonista. “Spirou y los Soviets” hubiese sido una buena ocasión para analizar con objetividad un sistema político ya extinto como el comunista y que reposa en la papelera de la Historia (salvo en Corea del Norte) y poner frente al espejo del tiempo sus bondades para juzgar el sistema capitalista que nos hemos quedado. Desigualdades sociales, corrupción, clases políticas,… El capitalismo tiene muchos motivos para ser convertido objeto de la satira de un cómic de humor pero Fred Neidhardt y Fabrice Tarrin prefieren humillar al perdedor.
Tras un lapso de silencio en el que nos temimos lo peor, Dibuk·ks nos ofrece una nueva aventura de Spirou y Fantasio, un clásico eterno e imprescindible del cómic europeo, que han contado con grandes guionistas y dibujantes a lo largo de su longeva vida. Estos lo han puesto al día cuando ha sido necesario, modernizando al personaje al ritmo que marcaba el tic-tac del reloj, adaptando sus historias a los tiempos, manteniendo personajes e historias tan modernos como el primer día, aunque sin desvirtuar el alma de los diseños y las ideas originales creadas originalmente por Robert Velter ‘Rob-Vel’ para la revista de Jean Dupuis. Un relevo generacional ininterrumpido de autores de gran nivel que han trabajado en sus aventuras, así como en los spin-off o hors-série, hasta sumar un total de más de sesenta álbumes publicados realizados por casi treinta autores distintos, entre dibujantes y guionistas, que han mantenido a Spirou tan joven como el primer día. Spirou tiene varios padres, cada uno con su estilo. Muchos de ellos han dejado su huella en el personaje y hoy son referentes ineludibles del BD francobelga, aunque hay que reconocer que la decepcionante propuesta de Fred Neidhardt y Fabrice Tarrin con “Spirou y los Soviets” queda lejos, muy lejos, de los mejores tiempos y es perfectamente olvidable.
Spirou y los Soviets.
Autores: Fred Neidhardt y Fabrice Tarrin
ISBN: 978-84-17294-95-3
Formato: 17x26cm. Cartoné. Color
Páginas: 56
Precio: 16,00 euros
A ver, yo entiendo que estafa es cuando te quedas tú el dinero, no cuando el dinero es un donativo…