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El caso del director holandés Jan de Bont es digno de estudio: se labró una carrera de prestigio como director de fotografia (“La jungla de cristal“, “Black Rain“, “Línea mortal“, “La caza del Octubre Rojo“, “Instinto Básico“,…), debutó en la silla de director con un blockbuster que arrasó en taquilla (“Speed“), consolidó su habilidad como director de blockbusters (“Twister“), y tras encadenar tres proyectos fallidos (“Speed 2“, “The Haunting” y “Lara Croft 2“), Hollywood lo marcó con una cruz, cayó en el olvido y despareció. Hace casi veinte años que no hay ninguna película que tenga asociada el nombre de Jan de Bont.

Su debut como director, en 1994, fue todo un éxito. Protagonizada por Keanu Reeves, una aún deconocida Sandra Bullock, Dennis Hopper, Jeff Daniels y Joe Morton, entre otros, nos presentaba un argumento tan simple como efectivo: un policia trata de controlar un autobús urbano que lleva instalada una bomba programada para explotar si el vehículo disminuye su velocidad. El autobús deberá circular por la ciudad de Los Ángeles sin frenar ni reducir la velocidad a menos de 80 kilómetros por hora, con la intrépida Annie Porter al volante porqué ha sustituido al conductor herido y un zoológico de peculiares pasajeros a bordo, la policía en el exterior intentando encontrar al escurridizo villano de la función, mientras el agente Jack Traven intenta resolver el taimado plan que les mantiene encerrados en el vehículo desbocado.

Desde el mismo día de su estreno “Speed” se convirtió por méritos propios en un clásico del cine de acción. Era un thriller de ritmo frenético que enganchaba al espectador en el asiento durante toda la película. Costó 30 millones de dólares y sólo en los EE.UU. recaudó más de 120. Sumando las recaudaciones internacionales alcanzó una cifra cercana a los 350 millones. De un día para otro Keanu Reeves, Sandra Bullock y Jan de Bont se convirtieron en grandes estrellas de Hollywood. Dos de ellos consiguieron mantenerse en la cima.

Apenas tres años después, en 1997, el director Jan de Bont y la actriz Sandra Bullock volvían a trabajar juntos para intentar repetir el éxito de “Speed: Máxima potencia” con una secuela. “Speed 2” trasladaba la acción de un autobús a un lujoso transatlántico, y cambiaba a Keanu Reeves por Jason Patric. Y la cosa no funcionó. Peor todavía: fue un rotundo fracaso. De crítica y público. Y aunque recaudó 164 millones, fue menos de la mitad de lo que había conseguido ingresar la primera parte.

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