Aprovechando que Alamut Ediciones ha confirmado que la suscripción ha salido adelante, e incluso ya se han comenzado a enviar los ejemplares a los suscriptores, publicamos la reseña de “Shadowmarch: La Frontera de las Sombras“, el inicio de una nueva saga de Tad Williams.

Shadowmarch: La Frontera de las Sombras
Autor: Tad Williams
Traducción: Carlos Gardini
Ilustración de portada: Alejandro Terán/Stephan Martiniere
Serie: Serie: Shadowmarch num.1
ISBN: 978-84-9889-073-0
Formato: 15,5x23cm. Rústica con solapas
Páginas: 624
Precio: 24,95 euros

Ven, soñador, ven. Pronto presenciarás cosas que sólo pueden ver los durmientes y los hechiceros. Móntate en el viento y déjate llevar. Un corcel veloz y temible, sí, pero es una travesía de leguas y la noche es breve.

La Línea de Sombra separa los reinos humanos del país crepuscular de los qar, adonde éstos fueron expulsados tras cruentas guerras. Durante siglos, los reyes de la Marca han vigilado esta frontera septentrional, atentos a todo lo que pueda intentar traspasarla. Esta sagrada misión prevalece sobre los vaivenes de los imperios del sur, pero la Marca no siempre ha podido mantenerse alejada de los conflictos con sus vecinos, y se encuentra en un momento de especial debilidad. Por desgracia, justo ahora la Línea de Sombra ha comenzado a moverse, invadiendo su territorio…

En el castillo de Marca Sur, el príncipe regente Kendrick se ha hecho cargo del trono desde que su padre, el rey Olin, fue llamado al sur con promesas de alianza y se encontró secuestrado en la antiquísima ciudad de Hierosol. Los nobles del reino, soliviantados por los tributos necesarios para reunir el rescate, complican con sus exigencias el gobierno de la Marca. La visita del embajador de Hierosol portando cartas de Olin y un nuevo acuerdo para el pago del rescate tendrá consecuencias imprevisibles para el reino.

Especialmente para los mellizos Barrick y Briony, los hermanos menores del regente. El melancólico Barrick tiene un brazo tullido y esconde un oscuro secreto relacionado con el rey, pero las circunstancias no le permitirán mantenerse apartado del juego por el poder. Y Briony, una muchacha independiente y aventurera, se encontrará atrapada en el papel que su condición de princesa demanda de ella, y deberá luchar por zafarse de quienes desean convertirla en un peón de los pactos dinásticos.

Mientras que en el remoto sur el poderoso dios-emperador conocido como autarca prepara sus legiones para la invasión del norte, al otro lado de la Línea de Sombra los misteriosos qar ponen en marcha sus planes para la reconquista de las tierras perdidas. El menguado reino de la Marca tendrá que enfrentarse a ambas amenazas al mismo tiempo, sabiendo que si fracasa no sólo perecerán todos sus habitantes, sino que habrá llegado el fin del mundo de los hombres.

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Tad Williams vuelve a publicar una saga de fantasía y el recuerdo de Añoranzas y Pesares es suficiente para que el lomo del libro que publica Alamut destaque del estante a la vista de los que buscamos una nueva historia en la que sumergirnos en busca de la magia de mundos diferentes al nuestro.

En este primer tomo de Shadowmarch somos testigos del regreso de una antigua raza a la que fuera su morada ancestral, usurpada por un reino humano ahora en decadencia, superviviente de un imperio largo tiempo desaparecido y que ha abandonado sus tareas de vigilancia de la frontera de las sombras que da nombre a esta primera novela, por la falta de constancia de una raza efímera, frente a la paciencia de seres inmortales y por el acoso de un imperio renaciente en el lejano sur.

En esta ocasión no seguimos las aventuras de un personaje central sino que Williams nos cuenta cuatro historias paralelas en el tiempo en tres escenarios distintos.

En el castillo de Marca Sur, el último y más grande de los cuatro que guardaban la línea de sombra, conocemos a los tres hijos de un rey ausente, dos gemelos, Barrick (oscuro y misterioso) y Brionne (vitalista y decidida a trascender el papel reservado a una princesa), y al regente Kendrick, su hermano mayor.

También en Marca Sur, una pareja de caverneros, Sílex y Opalo Cuarzo Azul, encuentra y acoge a un niño humano abandonado y sin memoria de su pasado y en posesión de un amuleto muy especial, a quien llaman Pedernal.

Más allá de la línea de sombra, Yasammez prepara la venganza de su pueblo y llama a las diferentes tribus a la marcha de los pueblos crepusculares sobre los divididos humanos.

Muy al sur una novicia, Qunnitan, es designada esposa del Dios Emperador e “invitada” a entrar en su ciudad-harén para que un ejército de Favorecidos (no tanto si uno piensa la parte que pierden para ganar el título) la prepare.

Tras un capítulo que nos explica el contexto histórico, un preludio magníficamente escrito nos deja muy buen sabor de boca … Y año encontramos el principal problema del libro, pues continuos cambios de una historia a la otra hacen que cueste entrar en la trama y que sólo pasado el ecuador del tomó empiece a darte lo que prometía al principio.

No se puede decir que La Frontera de las Sombras sea un imprescindible -en esta generación ese papel lo juegan Canción de Fuego y Hielo (Juego de Tronos) y la Crónica del Asesino de Reyes (El nombre del Viento)- pero es una lectura bastante recomendable, brillante en algunos fragmentos: en lo literario y en su empeño por encontrar un enfoque diferente a situaciones que los aficionados hemos leído muchas veces, y no sólo en este género, en el que los aficionados queremos nuestros lugares comunes con su poquito de sorpresa, pero tampoco tanta.

Es loable, por ejemplo, que Tad Williams busque un estilo literario diferente en los capítulos dedicados a los crepúsculares (sólo el hecho de que nos acerque a lo que en otros libros simplemente se alude como “la amenaza que viene del frío” “los otros”, etc… ya es novedoso), aunque seguramente afecte al ritmo de la narración. En esta parte del mundo creado, que se acerca más a los ciclos celtas y la mitología nórdica, Tad Williams se acerca al tono de fantasía épica en la línea de La Espada Rota de Poul Anderson.

Nos han contado cientos de veces la historia del niño encontrado y adoptado por padres de diferente raza o especie, pero no es habitual que lo cuenten con el cariño que Williams dedica a los entrañables caverneros Silex y Ópalo. En pocas ocasiones se saca al enano del tópico y pocos autores se han tomado el tiempo de contarnos que les duele la espalda después de pegarse un día picando la piedra.

En definitiva, tras un comienzo bastante lento, en la segunda mitad del libro la trama empieza a enganchar hasta el punto de que en las últimas 100 páginas cuesta dejar de leer ni para bajar del autobús cuando llegas a destino ni para planchar la oreja cuando no quedan ni 4 horas para entrar a trabajar. Hasta el punto, incluso, de que da la impresión de que se podría haber desarrollado algo más la historia al final, sacrificando algún pasaje de los primeros capítulos.

Lo que es innegable es que este primer tomo te deja con ganas de más y que, de tenerlo en mis manos, no hubiesen pasado ni dos minutos para que me saltase los libros pendientes y empalmara…

En su momento os contaremos si se mantiene el nivel del final del primer tomo.

Mi recomendación: si el libro llega a vuestras manos dedicadle no los escasos minutos de las fisuras de tiempo libre que nos deja esta vida de la que no nos informaron a aquellos jóvenes que devorábamos Crónicas, Leyendas, Anillos, Historias o Espadas. No es libro de autobuses o metros, sino de noches de insomnio o tardes de domingo.