Carlos Giménez pone punto y final a su conmovedora e inolvidable serie “Paracuellos” con el noveno tomo publicado por Reservoir Books. Los niños continúan contando historias, siempre con un tono divertido, de su día a día en los hogares de Auxilio Social en la España franquista de posguerra.

Paracuellos 9Carlos Giménez clausura el «mejor tebeo español de la historia» (Rockdelux), que es «una parte esencial de la memoria colectiva de la posguerra española» (Juan Marsé). Pablito, Gálvez, Peribáñez, Pollito, Adolfo, Sánchez, Piraña, Cagapoco Estos son algunos de los niños que han acompañado durante más de cuarenta y cinco años a los lectores de la serie Paracuellos. Ahora, como dice el autor en el prólogo, han crecido, y la etapa en los hogares está a punto de terminar para varios de ellos, como para Pablito —alter ego del autor—, que al cierre de este álbum volverá al ?n a su casa, con sus hermanos y su madre. Paracuellos es la gran obra-río de Carlos Giménez, en la que cuenta la vida diaria en los hogares del Auxilio Social en la posguerra franquista desde el punto de vista de los niños. 

Carlos Giménez creó “Paracuellos” en 1975. Fue a partir de 1976 cuando apareció serializada en las revistas para adultos “Muchas Gracias” y “Yes“, antes de su primera publicación en álbum, primero por Amaika en 1977 y luego en dos volúmenes por Ediciones De La Torre en 1979. Se dio la circunstancia de que no gustó el tono triste a los editores de la revista “Mata Ratos” a la que iban destinadas las primeras páginas de esta historieta y en España sufrió una tibia recepción inicial. Giménez probó fortuna al otro lado de la frontera, y consiguió que su serie apareciera en la cabecera francesa “Fluide Glacial” en 1979, e incluso consiguió el premio al mejor álbum en el Festival de Angoulême en 1981. El éxito cosechado en el país galo ayudó a que los editores españoles cambiaran de parecer inmediatamente y retomaran la publicación del serial.

El autor continuó produciendo álbumes para Glénat España, cuatro entregas desde 1999 hasta llegar al sexto álbum en el año 2003. Con Penguin Random House ha seguido desde el séptimo álbum hasta completar la serie en el noveno, que ahora comentaremos. Como cuenta Giménez en el prólogo, puso el título de “Paracuellos” a este trabajo a su pesar, ya que no trataba solo de ese “hogar” de auxilio social, si no de muchos otros como Bibona, García Morato o General Mola. Lo que pasa es que “Paracuellos” sonó bien a los editores y así quedó la serie, cuando la idea del autor era titularla con el nombre del sitio que correspondiese junto al año en que sucedía la anécdota. Curiosamente le parecía el nombre menos comercial del mundo, algo que se ha transformado en todo lo contrario.

Carlos Giménez de unos años a esta parte ha ido cerrando series sin ninguna idea premeditada, como confiesa, sin saber muy bien por qué. Gringo se cerró con el álbum “Punto final“, Dani Futuro hizo lo propio con “Mientras el mundo agoniza“. Con “Crisálida“, “Canción de Navidad” y “Es hoy” cerró “La Trilogía del Crepúsculo“. Ahora le toca el turno a una obra en la que ha puesto todos sus sentimientos y ha volcado todos sus recuerdos de la niñez, la que más satisfacciones le ha reportado. “Paracuellos” se cierra en su noveno tomo con “Un “hogar” no es una casa“.

La serie narra las aventuras y desventuras de la vida de unos niños huérfanos en los hogares de Auxilio Social de Paracuellos del Jarama y de demás lugares que ya nombramos, y está basada en los recuerdos del propio autor y en testimonios de otras personas que vivieron en aquellos internados durante la dura posguerra franquista. En este noveno tomo Giménez ha aportado ligeras novedades, como dibujar a los niños algo más crecidos, alargarles la figura en definitiva, sin modificar demasiado las caras para que sigan siendo los chicos escuálidos y orejones de siempre. Carlos Giménez pide disculpas por los cambios que ha podido introducir en personajes y escenarios respecto a álbumes pasados y que achaca a su dibujo afectado por el paso de los años.

Como siempre, el autor dibuja en papel creando la tipografía a mano, con el riguroso blanco y negro sin grises ni tramas que ha caracterizado a esta serie desde sus inicios. Son 119 páginas de historietas dibujadas en 2020, con anécdotas de los chavales acogidos en los “hogares” sociales que habían quedado en el tintero. Pablito, un sosías del historietista, cuenta la mayoría de ellas. Es por ello que hay muchos guiños a tebeos de la época, y a las dotes como dibujantes o escritores de algunos de los chicos. Las anécdotas que se nos describen aquí son en su mayoría divertidas, con algún momento triste o crudo, siempre criticando a aquellos “hogares” de tan infausto recuerdo, por el trato cruel a los niños acogidos, muchos de ellos de clase baja. Entre anécdotas, vemos estampas de la época con los niños en las clases, en los recreos, haciendo instrucción, rezando, etc. Carlos Giménez ha cambiado los nombres auténticos por otros inventados. Las situaciones son reales, todo lo que vemos aquí pasó tal cual. Es por ello que leer este cómic nos conmueve y nos obliga a reflexionar, e incluso a apreciar a aquellos que vivieron esta época en el precipicio.

Reservoir Books publica “Paracuellos #9: Un “hogar” no es una casa” en formato álbum cartoné con lomo de tela. Se trata de una edición muy cuidada que incluye unos muy reveladores prólogo y epílogo, ambos escritos por Carlos Giménez, además de una lista de títulos del autor publicados por la misma editorial.

Paracuellos #9: Un “hogar” no es una casa pone punto y final a esta genial obra-río, una de las obras más influyentes de la Historia del Cómic. Una obra maestra que debería ser de obligatoria lectura en los colegios.

Paracuellos #9: Un “hogar” no es una casa
Autor: Carlos Giménez
Fecha de publicación: Octubre de 2022
Formato: Cartoné. Blanco y negro.
Páginas: 144
Precio: 19,90 euros