Siempre es un buen día para enamorarse. El género de la comedia romántica tuvo su época dorada durante los años noventa, aunque hay películas sobre el amor desde que el cine es cine. De “Historias de Filadelfia” a “La boda de mi mejor amigo“, pasando por “Serendipity“, “Cuatro bodas y un funeral“, “Algo para recordar“, “Nunca me han besado“, “Notting Hill“, “Ocho apellidos vascos“, “Cuándo Harry conoció a Sally” y tantas otras películas sobre el amor y el desamor que a veces te harán llorar y a veces te harán reír, y a menudo las dos cosas, pero en la que siempre desearás que, pese a todos los obstáculos que les ha puesto la vida, los dos protagonistas terminen juntos y besándose apasionadamente. En resumen, una hora y media sentado en una sala de cine para que nos hagan creer que el amor está en el aire y que tienes una media naranja en algún lugar esperándote. Y es que, ¿quien hubiese podido imaginar que la actriz más glamourosa de Hollywood y un humilde librero de Londres podrían vivir una apasionada historia de amor con final feliz? Pues eso, algo tan sencillo como el clásico “chico conoce chica”.
Han pasado más de veinticinco años y seguimos adorando “Notting Hill” como el primer día. Una de las comedias románticas más bonitas de todos los tiempos, “Notting Hill” sigue siendo una de esas películas que, cuando nos topamos con ella por la televisión, nos quedamos pegados a la pantalla. Dirigida por Roger Michell, a partir de un guión de Richard Curtis (el escritor de comedias románticas como “Cuatro bodas y un funeral”, “El diario de Bridget Jones” y esta “Notting Hill”, y director de “Love Actually”), protagonizada por unos adorables Julia Roberts y Hugh Grant, nos contaba como durante un viaje a Londres para rodar una película, la estrella de cine norteamericana Anna Scott conoce accidentalmente a William Thacker, el tímido propietario de una acogedora tienda de libros de viajes en el barrio de Notting Hill Gate, Will es un soltero con muchos problemas para comprometerse. El flechazo es instantáneo. Unos meses después, la actriz regresa a la capital inglesa e invita a William a salir, viviendo unos días maravillosos ante la perplejidad de Max, Bella, Honey y Bernie, los variopintos amigos de William y de Spike, su excéntrico compañero de piso que no terminan de creerse que su amigo salga con la más famosa de las estrellas de cine de Hollywood. Pero la enorme popularidad de Anna, los malos entendidos y los incansables paparazzi hará que la relación sea muy complicada. “Sólo soy una chica delante de un chico pidiéndole que la quiera“, le dice ella en una de las frases más recordadas de la película.
¿Puede la estrella de cine más famosa del mundo enamorarse de un chico corriente? Pues por supuesto que sí. Al ritmo de ‘Ain’t no sunshine‘, de Bill Withers o ‘She‘ de Elvis Costello, paseando por las calles flanqueadas por casas victorianas del barrio londinense de Notting Hill, un remanso de paz en la ajetreada metrópolis londinense, cualquiera se enamorará de ti. Hoy los lugares de rodaje de la última comedia romántica del siglo XX son toda una atracción turística para los más cinéfilos, que buscan con ahínco la librería The Travel Book Co. de Hugh Grant (en realidad es una tienda de recuerdos, aunque conserva un letrero con el nombre en la ficción) o su casa con la puerta azul (el 280 de Westbourne Park Road, que era la casa del guionista Richard Curtis). Sea como sea, un paseo por este pintoresco barrio al oeste de Londres, pasar por el mercadillo callejero de antigüedades de Portobello Road, observar las casas de colores y perderse por los jardines de Kensington, puede ser una buena idea para una primera cita. ¡El amor está en el aire!
Dios, lo que repudié esta película cuando salió y la de veces que la he visto desde entonces… Por cierto, en fin, meter ahí “8 apellidos vascos”… es ser muy pero que muy generoso, ¿eh? Pero desde luego Un lugar llamado Notting Hill es un clásico inmortal.