Los amigos ayudan a tener una vida más plena, y en la adolescencia es un pilar esencial para el crecimiento personal. Lamentablemente también existe algo llamado amistad tóxica, que en lugar de aportar luz a tu vida se convierten en un pozo oscuro, te agotan mentalmente y parece que trabajen por derribarte en lugar de fortalecerte. ¡Alejaos de esos amigos y amigas que os hunden en la miseria! Una relación de este tipo puede llegar a ser digna de un thriller…
Basada en la novela de John Lutz “SWF Seeks Same“, en “Mujer blanca soltera busca” (una buena traducción, casi fiel al original en inglés “Single white female“) conocimos a Allie Jones, una joven que acaba de romper su relación con su novio infiel y busca a alguien que le haga compañía y comparta los gastos del piso en Manhattan. La elegida es Hedy Carlson, una chica tímida y poco atractiva, que ha perdido a su hermana gemela y que ve en la guapa y exitosa Allie un modelo a seguir. Surge así entre ambas una gran amistad y se hacen inseparables, que poco a poco tomará un rumbo tan peligroso como asfixiante. Cuando Alison retome la relación con su novio, unos celos patológicos se apoderarán de Hedra.
Protagonizada por Jennifer Jason Leigh, Bridget Fonda, Steven Weber y Stephen Tobolowsky, “Mujer blanca soltera busca” encajaría perfectamente en el género de las películas de psicópatas si no fuese porqué a Jennifer Jason Leigh no encaja en el perfil de la femme fatale clásica, ni siquiera del asesino demente habitual que persigue a sus víctimas con una hacha mientras esconde su rostro tras una máscara. Como en “La mano que mece la cuna” o “Atracción fatal“, esta “Mujer blanca soltera busca” construye un personaje femenino tan peligroso como aparentemente inocuo, de aquellos que el espectador tiene claro desde el principio de la película que es mejor no meter en casa pero que los protagonistas de la función no se dan cuenta hasta que tienen un afilado cuchillo en el cuello.
“Mujer blanca soltera busca” fue un éxito de taquilla en su momento, pero el tiempo la ha llevado al olvido y no aparece en nunca en las listas de los mejores psycho-thrillers, aunque seguramente merecería aparecer entre las mejores del género de los años noventa. También por ese erotismo subyacente, que no la convierte en una película lésbica pero se atreve a entrar sutilmente en un territorio vedado de Hollywood.
A ver, la de abogados cristianos (me la agarras con la mano) me parece tan estúpido... en fin, además ahora,…