“Mamotreto. Cómics reunidos” (Raúl Cimas, Blackie Books)

Tras una portada de colores fosforitos en la que asoma un primerísimo plano (casi parece una careta recortable) del actor y humorista Raul Cimas, rodeado de dibujetes en actitud nada amigable, encontramos todo un “Mamotreto“. De ahí su título, cuyo subtítulo nos lo aclara todo: cómics reunidos. “Mamotreto. Cómics reunidos” es una publicación de Blackie Books, y se nos ofrece en tapa dura y a un tamaño muy manejable, incluso doloroso si se arroja contra una testa.

«Esta es una trilogía que da cabida a la gente más brillante de nuestro planeta. Gente a la que he conocido y ahora ya no puedo sino admirar profundamente. Diez años de trabajo dedicados a lo que de verdad importa en la vida.» Raúl Cimas.

Raúl Cimas es un tío grande. Ya lo demostró en su rol secundario en aquel festival del humor absurdo llamado “La Hora Chanante“, seguido por otro programón que no le iba a la zaga en cuanto a risotadas, “Muchachada Nui“. El campanazo lo dio con “Museo Coconut“, donde interpretaba al desagradable director del desquiciado museo, consiguiendo grandes momentos en esta serie a reivindicar, una auténtica rareza de la televisión y toda una joya. Con estos antecedentes, descubrir este “Mamotreto” tenía que llevar premio.
Según creo entender (ya que mi nivel de comprensión está por debajo de la media), este libro es una recopilación de tres obras anteriores de Raúl Cimas: “Demasiada pasión por lo suyo” (2014), “Orgullo brutal” (2015) y “Prodigios” (2018). Los dos primeros mantienen una estructura similar, en la que hay que girar el libro para ponerlo en horizontal. En el tercero de ellos, con otro movimiento de muñeca, hay que ponerlo en su posición original. Parece difícil pero no lo es. Por otro lado, los tres libros nos demuestran que el dibujo no es la mejor cualidad del autor, pero, por otro lado, esta demostración pictórica resulta hasta divertida y para nada confusa. ¡Mola mucho!
El hilo narrativo lo conduce el autor, vestido sin ropa, aguardando en su sillón a ver pasar la vida y charlando o algo así con un yogur de piña (¿caducado?). Quizás Cimas esté perdiendo la cabeza, no obstante, las historias relacionadas con “demasiada pasión por lo suyo” contienen unos posos de realismo y verdad que no dejan indiferente. El primer individuo en tener el honor de desfilar es el simpar Fliper Nazarín, el príncipe de los flipados, un tipo obsesionado con ser cofrade a tiempo completo. Como si de una consulta al psiquiátrica se tratase, también vestido con nada de ropa, expondrá sus razones ante Cimas de por qué es como es.
Tras el mentado Fliper, descubriremos a otros engendros como The San Antón Smokers, un flipado de la cancha, Pedro Panadero (sí, los panaderos son como este señor), o Lucas, el sobrino de Cimas, con sus diez mejores llegadas a casa. Además, conoceremos la escalofriante historia de por que saltó su tía (la del autor) del tren. Para rellenar las páginas de este primer libro, Cimas nos abofetea con un desternillante muestrario de humor mínimo, que el autor considera como solo medio escalón más arriba de estar callado y que lo que provoca no llega a ser risa. Y por si esto fuera poco, nos tira a la cara unas migajas, ocurrencias del autor que seguramente guardaba en un polvoriento carpetón escondido en el cajón de más debajo de un mueble.
Llegamos a “Orgullo”, orgullo brutal más bien, comenzando con El curioso caso de Benjamín (que no Button) y que seguro está basado en hechos reales. Tras esto, un ametrallamiento de ocurrencias que incluyen un desopilante cameo del hermano mayor, aquel tipo que tenía su programa de televisión, nos conducirán hasta el tercer y último libro aquí compilado: “Prodigios”.
Persona que posee una cualidad en un grado supino, extraordinario, cuasimágico. Eso es un prodigio. Aquí si que no hay respiro: dos viñetas por página nos provocarán risa, sonrojo, carcajeo o rompimiento de cabeza contra pared de ladrillos. Personajes tan estrafalarios como psicolong legs, el más cachondo de la oficina del Catastro o Silvia y Miguel, entre muchos otros, probarán nuestra paciencia e irán moldeando un universo de criaturas absurdamente mágicas. El epílogo compuesto por texto y fotos, harán cuestionarnos si estos personajes que Cimas nos ha mostrado son producto de su alocada imaginación o de verdad existen al otro lado de la ventana.
Un libro divertidísimo. Hacía tiempo que no reía tanto. Raúl Cimas es un tío grande.