A pesar de que Planeta DeAgostini ya no cuenta con las licencias de editoriales como Marvel o DC Comics algunos meses nos ofrece títulos de esos irrechazables. Para mi hay un par de series que no puedo dejar de leer y entre ellas, cómo no, está “Los Proyectos Manhattan“, la alocada historia de Jonathan Hickman y Nick Pitarra sobre los genios que había tras la creación de la bomba atómica.
Los Proyectos Manhattan #03
Edición original: The Manhattan Projects 11-15 USA
Guión: Jonathan Hickman
Dibujo: Nick Pitarra
Color: Rachelle Rosenberg
Formato: Libro rústica, 152 págs. a color.
14,95 €
¿Y si el departamento de investigación y desarrollo creado para construirla primera bomba atómica hubiera sido la tapadera de otra serie de programas más inusuales? ¿Y si la unión de las mentes más brillantes de su generación no hubiera sido una señal para el optimismo, sino para la aprensión? ¿Y si… salió todo mal?
No dejo de darle vueltas al tema, pero es que me parece una genialidad que Hickman decidiese que una serie sobre científicos locos llevados al límite fuese a ser un éxito, pero que además se permitiese el lujo de reinventar a gente como Joseph Oppenheimer, Albrecht Einstein, Richard Feynman, Enrico Fermi, Wernher von Braun… y elevar aún más su genialidad hasta el punto de ruptura con el Gobierno de los USA mientras sus alocadas mentes siguen explorando nuevas ideas y conceptos propios de la ciencia ficción más alocada es, como ya he dicho, una genialidad que se nos sirve en dosis muy escasas (es lo que tiene estar cerca de la edición yanki) y de la que ya hemos podido disfrutar en dos volúmenes, una espectacular presentación de la serie y un segundo volumen que nos demostraba que estos genios tenían ideas no basadas en las barras y estrellas, sino en la Ciencia como bandera por lo que en este tercer volumen, obviamente, toca enfrentarse al enemigo en casa, y qué mejor enemigo que ese Joseph Oppenheimer, ¿verdad? Un hermano gemelo diábolico que tiene su propia agenda y que en nada se parece a la que tendría su hermano Robert, aunque tal vez la última grapa de este tomo nos haga cambiar de idea.
Pero, además, este volumen nos ofrece un poco más de información sobre los orígenes de Enrico Fermi (el inventado, claro) y de los planes de su raza, algo que imagino que volverá para “morder las colas” de estos genios.
En definitiva, que estoy encantado con una serie que rebosa originalidad y que nos ofrece momentos apotéosicos de puñaladas y traiciones al más puro estilo Canción de Hielo y Fuego (Juego de Tronos para los que la conocen por la serie de televisión), no sé si la gente tendría estómago para ver la cantidad de mutilaciones y asesinatos que hay en estos 15 primeros números, pero desde luego que merece la pena ver a dónde se dirige la serie.
En cuanto a Nick Pitarra, es uno de esos dibujantes a los que hay que valorar por su trabajo, no por su espectacularidad. Sus páginas cuentan con un gran detallismo (dentro de lo que permite el ritmo de producción de una serie regular y mensual, claro) pero se decantan hacia una búsqueda de la narratividad y la expresividad de sus personajes. No hay quien coja una página de esta serie y no pueda sentir lo que siente cada personaje. Puede que su dibujo no sea tan irreal y perfeccionista como el de muchos autores, pero cumple sobradamente con lo que el guión exige. Un gran acierto que dota a la serie de mayor calidad, si cabe.
En cuanto a Planeta DeAgostini y su edición tengo que comentar que me gustaría ver algún artículo que, brevemente, relacione a cada uno de los personajes fuertes de la serie con su personaje real. Es una pena que nos perdamos más detalles por no conocer demasiado la historia de cada uno de los científicos de Los Proyectos Manhattan. Dejando eso aparte estamos ante una gran edición, aunque el precio sea un pelín más elevado que el de otras editoriales.
Aún con todo Los Proyectos Manhattan es una de esas series cuya fecha de publicación debéis marcar en rojo en el calendario y no dejarla pasar os puedo garantizar que estáis ante uno de los títulos más sorprendentes y originales del mercado.
Un año más que no me acosté por ver la Gala de los Óscars, aunque con el error de que…