El hombre ha mirado siempre hacia las estrellas, desde el mismo momento en que tuvo consciencia del mundo en el que vivía. Miraba hacia abajo, hacia la tierra húmeda que pisaba con sus pies y a las huellas que dejaba a sus espaldas; miraba hacia el horizonte, allí donde el azul del mar se encontraba con el del cielo; y miraba hacia arriba durante la noche, a los mágicos brillos del infinito cielo estrellado, y soñaba. Y sobre el suelo, el horizonte y el cielo se hacía mil y una preguntas. ¿Qué hay allá arriba, quién nos observa desde las alturas, que son aquellas luces que parpadean sobre el lienzo negro, y cómo puedo yo llegar hasta allí?
¿Qué es una película de ciencia-ficción espacial sino, al fin y al cabo, una historia de exploración de territorios desconocidos como las de toda la vida? Antaño fueron los libros sobre valientes marineros que se aventuraban en mares embravecidos o que exploraban una isla misteriosa. Hoy son historias espaciales que nos hablan de androides, de antimateria, de inmortalidad, de los agujeros negros, del hiperespacio, de los robots y de tantos otros temas fascinantes.
Por eso los relatos de ficción ambientadas en el Cosmos nos siguen atrayendo enormemente, dando lugar a un sinfín de subgéneros que van desde el terror hasta la comedia, las aventuras más alocadas o el realismo más dramático. Este libro destaca las aventuras espaciales más significativas de todos los tiempos, en un recorrido que va desde el cine a la literatura, las series de televisión, los cómics o los videojuegos.
A lo largo del siglo XX el género de la ciencia-ficción ha permitido a lectores y espectadores de todas las edades llegar hasta allí donde solamente la imaginación nos permitía alcanzar puesto que la ciencia y la tecnología, lamentablemente, han ido avanzando a otra velocidad. Hemos avanzado mucho, por supuesto, y las últimas décadas lo hemos hecho a una velocidad vertiginosa, pero estamos muy lejos de aquello que muchos visionarios imaginaron que sería el siglo XXI. No hay naves espaciales, ni colonias en la Luna, ni humanos en Marte, ni alienígenas pacíficos u hostiles llamando a nuestras puertas. Julio Verne, Hergé o Georges Méliès nos llevaron hasta la Luna mucho antes que el norteamericano Neil Armstrong pusiera el pie en ella, y Ray Bradbury, Ridley Scott o Kim Stanley Robinson nos han contado como será la vida del hombre en Marte mucho antes que la primera de las expediciones tripuladas sea una realidad. “Star Wars” nos propone viajar a la velocidad de la luz, “Star Trek” nos enfrenta a los hostiles klingon, “Aliens” nos lleva hasta el planeta colonizado LV-426 para sobrevivir al ataque de una horda de xenomorfos y “Doctor Who” nos permite movernos por el espacio y el tiempo a nuestro antojo, pero nada de todo esto es posible según la tecnología de la que disponemos. ¡Peor todavía! Según muchas teorías científicas algunas de estas cosas són físicamente imposibles y nunca lo vamos a conseguir hacer. “La ciencia ficción nunca predice el futuro, pero puede prevenirnos del futuro si prestamos atención“, decía el director James Cameron.
El libro “Hacia las estrellas” del escritor, guionista e ilustrador egarense Jöse Sénder nos ofrece un viaje de ida y vuelta hasta las estrellas, pero en concreto a través de las películas que han alcanzado la velocidad de escape (11,19 km/s) y han dejado la atmósfera de la Tierra a sus espaldas, que han cruzado el Sistema Solar, se han adentrado al frío vacío del espacio, han llegado a otras galaxias (muy muy lejanas), y más allá. A lo largo de dieciocho capítulos temáticos el autor nos llevará a través de algunas de las películas y series de televisión más destacadas del género, y también a través de algunas producciones menos populares que merece la pena descubrir (yo me he apuntado la serie alemana “Lexx“, la película china “La tierra errante” y la animación de “Final Space“) . “Star Wars”, “Star Trek”, “Flash Gordon”, “Serenity”, “Gravity”, “Doctor Who”, “Alien”, “Los siete magníficos del espacio”, “Héroes fuera de órbita”,… Uno diría que no se han dejado ninguna en el tintero. ¡Y también hay espacio para los cómics, los videojuegos y alguna novela! Aunque, en este caso, es una mención al margen, una concesión a los lectores exigentes que señalarían con disgusto que el cómic multiprmiado “Saga” de Brian K. Vaughan y Fiona Staples merecería estar en el libro. ¿En mi opinión? Me hubiese limitado a hablar de películas y hubiese dedicado un segundo tomo a otros soportes. Por otro lado celebro las docenas y docenas de curiosidades que salpican el libro y que nos descubren datos desconocidos y muy divertidos de algunas de nuestras películas y series preferidas (¿Tesla homenajeando a “Spaceballs“? ¿Francis Ford Coppola participó en el montaje de “La Cosa“? ¿Hay una escena extra en el DVD de “Guardianes de la galaxia” en la que Ronan acepta el duelo de baile de Starlord? ¿La muerte de Gary Oldman en “El quinto elemento” es idéntica a la muerte de Gary Oldman en “León“? ¿Neil Gaiman escribió un capítulo de “Babylon 5“?,…).
Editado por RedBook Ediciones en su interesantísima y muy recomendable colección Look, en tapa blanda, repleto de fotografías a todo color, “Hacia las estrellas: Los viajes espaciales y la ciencia ficción” de Jöse Sénder no se olvida las películas más recientes, como “Ad Astra“, “Passengers” o la última entrega de “Star Wars“, en un periplo que sobrevuela de forma rápida los orígenes del género, las primeras space-opera y el pulp, para saltar directamente a los años setenta y ochenta, cuando la ciencia-ficción estalló en todo su esplendor escrito en un tono ameno y cercano, con sentido del humor (aunque hay un montón de comentarios que acompañan los capítulos que dan verguenza ajena, como ese “Flash Gordon: en el espacio, las cosas están que Arden” o “Horizonte Final: en el espacio, nadie podrá oír tus ia ia Cthulhu“). Sea como sea, es una obra muy completa, con casi trescientas páginas cargadas de información (y opinión) de los títulos que todo aficionado al género tiene en su lista de obras favoritas… y de curiosidades y rarezas que recuerda con cariño.
La ciencia ficción, como género cinematográfico, aún sigue buscando su lugar en el mundo del celuloide y reclamando el merecido reconocimiento que los críticos le han negado. De hecho, como siempre ha hecho, luchando contra viento y marea por ganarse un lugar junto al resto de géneros más nobles, y frente a sus numerosos detractores, que la banalizan y la reducen a un simple entretenimiento, más cercano al espectáculo para los consumidores de palomitas que a la cultura. Y siendo estrictos, la ciencia-ficción es un género de géneros, pues hay ciencia-ficción terrorífica (“Horizonte Final“), ciencia-ficción de comedia (“Héroes fuera de órbita“), ciencia-ficción militar (“Starship Troopers“), ciencia-ficción post-apocalíptica (“Guerra mundial Z“), ciencia-ficción ‘hard‘ (“El marciano“), ciencia-ficción western (“Firefly“), ciencia-ficción dramática (“Hijos de los hombres“) o ciencia-ficción social (“El cuento de la criada“), aunque estas dos últimas bailan en el terreno de las llamadas distopías. También los viajes en el tiempo o los retrofuturismos tipo steampunk podrían llegar a encajarse dentro del género, a martillazos. Casi todas ellas las tenemos en “Hacia las estrellas: Los viajes espaciales y la ciencia ficción” de Jöse Sénder.
Este libro nos permitirá viajar a bordo de la nave Serenity, enfrentarnos a hordas de xenomorfos antropófagos y marcianos de cuatro brazos, ver qué hay al otro lado de un agujero negro que nos lleva más allá de los límites del Universo y encontrar el Espacio Final. Seremos asaltados por la nave pirata del capitán Harlock, decidiremos si somos más de Sulu o de Solo y ayudaremos a Star-Lord a recuperar el cubo cósmico a través de la Puerta Estelar, mientras intentamos rescatar de la aburrida superficie de Marte al pobre Matt Damon.
Hacia las estrellas: Los viajes espaciales y la ciencia ficción.
Autor: Jöse Sénder
ISBN: 978-84-121366-8-5
Formato: 19×24,5cm. Rústica. Color
Páginas: 288
Precio: 24,00 euros
¡Un episodio genial! Y me pareció un acierto el casting. Tawny Newsome como Beckett Mariner y Jack Quaid como Brad…