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Pierre Culliford ‘Peyo‘ (Saint-Gilles, 24 de junio de 1928 – Bruselas, 5 de marzo de 2007), maestro y pilar de la escuela de Marcinelle del cómic francobelga, es conocido sobretodo por ser el padre de los Pitufos, que hicieron su debut en un álbum de “Johan y Pirluit” titulado “La flauta de seis pitufos“. El éxito de estos personajes pitufísimos entre el público infantil provocó un efecto inesperado en la obra de Peyo, puesto que los pequeños gnomos azules del País Maldito crecieron y crecieron, pasaron del tebeo a la pequeña pantalla (con los 272 episodios de la serie de animación de Hanna-Barbera) y se convirtieron en un fenómeno mundial. Peyo también fue el editor del “Le Journal de Spirou” entre los años 1955 y 1968, un período que hoy se considera la edad de oro de la historieta franco-belga.
Una de las historias más memorables de los Pitufos de Peyo es “El Pitufísimo” (conocida también como “El Rey Pitufo“, y “Le Schtroumpfissime” en el original en francés), una sàtira sobre la política muy crítica con las monarquías y los totalitarismos, pero también con las democracias que toleran los abusos de poder que dejan que la corrupción anide en sus estructuras y las pudra. Esta historia, la novena de las adorables criaturitas de color azul, se publicó de septiembre de 1964 a mayo de 1965 en la revista “Le Journal de Spirou“, y en formato álbum se publicó junto a “Pitufofonía en Do” y nos cuenta como Papá Pitufo tiene que marcharse de viaje y deja solos a sus inocentes e inexperimentados Pitufos. Con su marcha, no hay nadie al mando de la comunidad, por lo que Pitufo decide convocar elecciones y hacer campaña para que todos le voten. Una vez sale elegido, el cargo se le sube a la cabeza, se autoproclama Rey Pitufo y todos tienen que rendirle pleitesía… hasta que vuelve Papá Pitufo.
Schtroumpfs, Smurfs, Pitufos, Barrufets, Puffo, Schumlpf, Hupikék Törpikék, Potxokiak… no importa como les llamemos, seguirán siendo pequeños y azules y pitufando las aventuras más divertidas para los más pequeños de la casa, y “El Pitufísimo” es una de las más recomendables. Y su lectura es muy necesaria en los tiempos de degradación de la democracia que estamos viviendo.

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