Dolmen Editorial continua adelante con la Colección Howard Chaykin y nos sorprende con Satellite Sam, una verdadera carta de amor al género de la TV y de los seriales televisivos, y una historia irreverente y bizarra que os encantará.
Satélite Sam
Guión: Matt Fraction
Dibujo: Howard Chaykin
Cómic. Tapa dura.
21×29. Color.
400 páginas
ISBN: 978-84-17956-84-4
Precio: 35,95 €
Nueva York, 1951. El protagonista de Satélite Sam, el programa infantil de más éxito de la cadena, aparece muerto en un apartamento lleno de sucios secretos. Y si su hijo consigue mantenerse sobrio el tiempo suficiente, quizá consiga descubrir el por qué. Un misterio muy negro salpicado de sexo y violencia y ambientado en la turbia trastienda de la edad de oro de la televisión.
Matt Fraction (Hawkeye, Sex Criminals, El inmortal Puño de Hierro) y Howard Chaykin (Black Kiss, Crepúsculo, Batman: Oscuras Lealtades, Los Estados Divididos de Histeria, Hey Kids! Comics!), dos de los autores más polémicos de la industria estadounidense se unieron para crear Satellite Sam, un homenaje de aquellas maneras a una época de la televisión en Estados Unidos, cuando el medio aún estaba dando sus primeros pasos, pero dónde los focos y las cámaras deslumbraban igualmente y donde la avaricia, la lujuria y la ambición ya estaban perfectamente integradas en una industria que acabaría por alcanzar un éxito enorme y cambiando la propia esencia de la sociedad estadounidense.
Satellite Sam comienza con la muerte de Carlyle White, el protagonista de la serie, lo que obligará a su hijo, técnico de luz en la misma serie, a tomar su papel en la serie que se emite en directo y, aunque Mike White no es un gran actor sí guarda un gran parecido con su padre y eso bastará para contar a los miles y miles de fans de la serie. Pero Mike se obsesionará con saber por qué su padre apareció muerto, ¿durante el acto sexual?, y por qué tiene cientos de fotos de mujeres en lencería y poses sexis.
Por supuesto Satellite Sam no sólo trata sobre la muerte de Carlyle, de hecho quizás sea lo menos importante de la trama (aunque es lo que hace avanzar la acción), sino que Fraction y Chaykin, y hablo de ellos en plural porque es obvio que está obra la han trabajado muchísimo entre ambos, nos hablan de una época en la que las cosas se hacían de “otra manera” (lo curioso es que seguramente ahora las cosas se sigan haciendo exactamente así) y donde se intentaba llegar por cualquier método al poder, económico, político… es igual, el caso es que las cosas en Estados Unidos. Vemos cómo se cuece la acción entre bambalinas y lo miserablemente que se pasa por encima de leyes y principios con tal de seguir en la lucha por llegar a la cima, ya sea de las cadenas de televisión o la cima política o económica.
Obviamente Howard Chaykin no deja pasar la oportunidad de ofrecernos un montón de escenas sugerentes, y otras directamente sexuales, con ese estilo que tan bien maneja, el mismo con el que mandó a tomar por cul… a la Industria se despidió de la Industria cuando publicó Black Kiss. Nada de eso ha cambiado, sigue siendo un grandísimo narrador, que se trabaja todas y cada una de las viñetas, desde primeros planos expresivos a fondos realmente impactantes (aunque en algunos casos los fondos sean fotos) que contribuyen a ambientar el cómic con una maestría que tan sólo el cine o la TV, esforzándose mucho, podrían igualar. El ambiente de los años 50 está brillantemente recreado, y no sólo a nivel gráfico, sino que se nota que Fraction se ha documentado a fondo.
No conviene dejar de comentar lo que los propios autores nos cuentan en la extensa entrevista que incluye Satellite Sam: se están inspirando en la vida real, en el mundo real, y lo hacen en una serie que fue la precursora de todo: Space Patrol la antecesora DIRECTA de Star Trek y una serie a medio camino entre la vergüenza ajena y la inspiración de lo que vendría… décadas después. Es un toque original, pero es que además me recuerda mucho a Studio 60 on Sunset Strip, una de mis series de TV favoritas (aunque, por supuesto, con menos escenas de sexo en Studio 60).
Así que Satellite Sam es: una historia de misterio y asesinatos, un “Who did it?”, una recreación brillante de época, un vistazo a la historia de la televisión estadounidense y a su desarrollo técnico y las mejoras que posibilitó, unas cuantas escenas sexuales, una exposición de lo que vivían mujeres y homosexuales en aquellos tiempos, una crítica al capitalismo salvaje de los USA… y varias lecturas más que se pueden extraer y que a buen seguro el lector, adulto, agradecerá muchísimo. No sólo disfrutamos de la intriga, sino que además podemos ver a Mike caer en un pozo de corrupción sexual y alcohólica mientras intenta seguir los pasos de su padre, o la caída en desgracia de una actriz que no puede superar su adicción al alcohol, o… Decenas de historias de las que sólo vemos fragmentos realmente interesantes.
Habría mucho, muchísimo más que añadir sobre Satellite Sam, pero hablemos ahora de la magnífica edición integral de Dolmen que no sólo incorpora el cómic, incluyendo páginas finales a color, sino también una extensa entrevista de Matt Fraction a Howard Victor Chaykin, una biblia de Tijuana, una enorme cantidad de atractivas portadas extra, etc. En definitiva, una edición maravillosa.
En definitiva, Satellite Sam es uno de esos cómics que se queda muuuuy cerca de convertirse en una obra maestra, quizás lo hubiese sido con un Chaykin en su plenitud, pero desde luego se queda tan tan cerca que casi da igual que no consiga la acreditación. Merece la pena, muchísimo.
En realidad estamos de acuerdo en lo básico porque lo que dices lo suscribo prácticamente todo. Aquí simplemente es que…