8.38” es una novela diferente, que pretende ser autobiográfica, pero que va más allá y que sorprende por las decisiones tomadas por su autor, Luis Rodríguez.

8.38
Luis Rodríguez
ISBN:  978-84-15934-59-2
Editorial:  CANDAYA
Coleccion del libro:  Sin Colección
Idioma:  Castellano
Número de páginas:  192
Dimensiones:  140×210
Fecha edición: 01/02/2019

Luis Rodríguez intenta escribir una novela basada en hechos reales, la historia de un brigada de la guardia civil que persigue obsesivamente a dos maquis emboscados en el monte. Pero las infinitas posibilidades de la literatura -las mismas por las que lee y escribe- lo bloquean y paralizan. Años después de su suicidio, las voces y reflexiones de Pablo, Jacinta y Claudio van trazando lo que parece una extraña biografía del autor. 8.38, la hora en la que murió Dostoievski y en la que está detenido el reloj de su casa de San Petersburgo, es ante todo un hermoso y desconcertante homenaje a la literatura.

8.38 es ya de por sí una declaración de intenciones de lo que nos vamos a encontrar entre las páginas de Luís Rodríguez. ¿Una novela dentro de la novela?, ¿una novela con fragmentos de realidad?, ¿una excusa para hablar de la creación literaria y de literatura?…después de terminar la novela, o la realidad, no me queda muy clara la respuesta a estas preguntas, pero lo importante es disfrutar página tras páginas y olvidarnos de buscar un significado o una respuesta.

El argumento de la novela es, o eso debía ser, la historia de un guardia civil a la caza de dos maquis ocultos en el bosque pero la novela acaba convirtiéndose en la historia, quién sabe si autobiográfica, de un autor que no sabe cómo escribir la historia.

La novela se organiza en tres capítulos; en el primero Pablo habla de su experiencia tras conocer en un hostal de Santander a Luís, un escritor que no sabe cómo resolver y dar forma a una novela de memoria histórica. En el segundo capítulo aparecen tres nuevos personajes; Jacinta que ha sido testigo del suicidio de Luís, Maglady y Claudio, personajes que dudan si son reales o creaciones del propio Luís. Y el último protagonizado por Claudio; banquero, prostituto y atracador de bancos. Es difícil encontrar un nexo entre los tres capítulos fuera de ser una excusa para hablar de la creación literaria y de literatura, en especial los dos primeros capítulos.

Mientras iba leyendo el trabajo de Luís y cuando cerré la última página me venía a la cabeza una palabra; esperpento. No sé si es muy correcto definir esta novela como un esperpento tal y como lo inventó Valle-Inclán, pero es la sensación que me ha quedado. La sensación de tragedia y de farsa inunda todas las páginas de la obra y los personajes que no son personajes, que son meras marionetas en manos del autor utilizadas para hablar de literatura, para intercalar citas de las grandes obras de la literatura, e incluso de su propia obra biográfica. Lugares y situaciones grises; prostíbulos, atracos, suicidios, asesinatos, pederastia, el humor negro…una deformación de la realidad a través de situaciones surrealistas.

¿Dónde empieza la realidad y termina la ficción? ¿Qué hay de autobiográfico? “Somos adjetivos, aunque no sabemos a qué distancia dejamos de serlo”

Me ha sorprendido, y mucho, el trabajo de Luís, por su originalidad y por ser capaz de descolocar al lector. Y tanto el título como la portada, de Francesc Fernández, son el complemento ideal.

Por cierto, de Ángel Briz, de profesión guardia civil, y de Opo y Manuel, de profesión maquis, nunca más se supo en estas páginas