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Aunque “Un pez llamado Wanda” no es una película de los Monty Python, y su nombre no se menciona ni siquiera en el cartel de la película como reclamo, ésta cuenta con un par de sus integrantes en el reparto (John Cleese y Michael Palin), y también como responsables del guión (escrito por John Cleese), de manera que es inevitable que los aromas del sentido del humor del emblemático grupo británico se filtre por los poros de esta comedia de crímenes, robos, peces y enredos románticos. El resultado final es una mezcla entre el humor británico más sobrio y las ideas delirantes de los Phytons.
Nominada a tres Oscars (mejor director, mejor guión y mejor actor secundario, que se llevó Kevin Kline), “Un pez llamado Wanda” nos contaba el periplo de un cuarteto de atracadores que ejecutaba con éxito un gran golpe en una importante joyería londinense. El atraco resulta un éxito, pero la traición de unos y otros acaba con el jefe de la banda en la cárcel. El problema es que George, el jefe de la banda, es la única persona que sabe dónde está escondido el botín del robo. La avariciosa Wanda Gershwitz planea seducir a Archie Leach, el estirado abogado defensor de George, con la esperanza de sonsacarle el escondite de las joyas. Los otros dos miembros del grupo que esperan recibir su parte del botín del robo son Otto West, un siniestro psicópata admirador de Nietzsche, amante de Wanda y que está encantado de conocerse a sí mismo, y Ken Pile, un tímido tartamudo aficionado a los peces exóticos.
Dirigida por Charles Crichton, un prolífico director que llevaba alejado del cine desde 1965, y protagonizada por John Cleese, Jamie Lee Curtis, Kevin Kline, Michael Palin, Maria Aitken y Stephen Fry, “Un pez llamado Wanda” (“A fish called Wanda“) fue un gran éxito de taquilla, pero curiosamente no fue algo inmediato sinó cocido a fuego lento: tras su estreno la película fue recibida con tibieza y solamente tras diez semanas en cartel se encaramó a lo más alto del box-office norteamericano. Se convirtió, en su momento, en la película británica más taquillera de todos los tiempos. Para la posteridad nos quedará a Kevin Kline hablando en italiano, a Michael Palin matando por accidente a los perros de una testigo incómoda, a John Cleese haciendo un striptease bien peculiar y a una Jamie Lee Curtis arrebatadora, que jamás había lucido tan seductora como aquí.
Curtis y Cleese volvieron a coincidir en 1997 en la película “Criaturas Feroces” que, aunque algunos quisieron verla como una secuela de “Un pez llamado Wanda”, ni lo era, ni obtuvo buenas críticas como “Un pez llamado Wanda” ni buenos resultados en la taquilla.
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