“El viaje fantástico de Simbad” (Gordon Hessler, 1973)

Tres fueron las películas sobre Simbad que produjo la pareja formada por Ray Harryhausen y Charles H. Schneer, y las tres forman parte de la historia del cine: “Simbad y la princesa” (1958), “El viaje fantástico de Simbad” (1973) y “Simbad y el ojo del tigre” (1977). Clásicos del cine de aventuras para todos los públicos, de ayer y de siempre.

En las tres películas hay un nombre que es un icono, una referencia, y fundamental para entender los efectos especiales del cine de hoy: Ray Harryhausen. Este genio, discípulo de Willis O’Brien, fue responsable de la animación stop-motion y los efectos especiales de numerosas películas de fantasía mucho antes de la irrupción del CGI y los efectos digitales. Era capaz de hacer real lo imposible a ojos de los espectadores, de películas como “Simbad y la princesa“, “Hace un millón de años” o “Furia de Titanes“, con una habilidad tal que podía hacer surgir del suelo un grupo de esqueletos guerreros para enfrentarse a Jason y sus compañeros en una batalla épica en “Jason y los Argonautas“. Fue todo un pionero en una época en la que los artesanos como él hacían magia con trucos de cámara, ángulos imaginativos, las miniaturas, el stop-motion y mucha, mucha paciencia. Gracias a su inconmensurable talento Harryhausen y su sistema Dynamation (una técnica de animación stop-motion a todo color y pantalla completa) consiguió que unos muñecos articulados de apenas un palmo nos pareciesen gigantescos monstruos en la pantalla del cine.

En “El viaje fantástico de Simbad” (“The golden voyage of Sinbad“), dirigida por Gordon Hessler y protagonizada por John Phillip Law, una seductora Caroline Munro, futura chica Bond, Tom Baker (el cuarto Doctor Who), Douglas Wilmer, Martin Shaw y Grégoire Aslan, entre otros, nos reencontraremos con el marino de “Las mil y una noches” y su tripulación, que interceptan una extraña criatura voladora que porta un amuleto dorado. Un tiempo después Simbad se encuentra con el gran visir de Marabia, que esconde su rostro tras una máscara dorada, que tiene otra mitad del amuleto, que es un mapa para llegar a la isla de Lemuria donde se encuentra la tercera pieza del puzle. Juntos deciden organizar una expedición a través de los mares para encontrar la mítica isla y, una vez completado el mapa, llegar a la Fuente del Destino, donde recibirán juventud, un escudo mágico y una corona de riqueza incalculable. El hechicero Koura también quiere obtener las riquezas y se lanza a la persecución de Simbad y el visir. Durante el periplo, los héroes se cruzarán con monstruos y criaturas extrañas como el homúnculo volador, una estatua de piedra de la diosa Kali de seis brazos, un grifo, un mascarón de barco con forma de mujer o un centauro cíclope.

“El viaje fantástico de Simbad” es un clásico del cine de fantasía y aventuras que hizo soñar a toda una generación. Sin olvidar el generoso escote de Caroline Munro, que despertó en muchos prepúberes unas sensaciones extrañas y desconocidas. Un film que se suma a la anterior “Simbad y la princesa” y cerrará el ciclo con “Simbad y el ojo del tigre“, para formar una trilogía de películas de ambientación oriental llenas de fantasía y de magia que hicieron las delicias de los espectadores.