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Mientras que en la década de los noventa fue omnipresente, y tuvo el Oscar al alcance de los dedos, la llegada del nuevo siglo alejó a Jim Carrey de las pantallas de cine. La depresión entró en su vida y le alejó de los platós. Sus apariciones han sido esporádicas y se pueden contar con los dedos. De hecho Carrey ya tiene más de sesenta años y puede permitirse vivir del recuerdo de los clásicos de la comedia que nos dejó para la posteridad como “La máscara“, las dos entregas de “Ace Ventura“, “Mentiroso compulsivo” o “Dos tontos muy tontos“, con esos papeles histriónicos, excesivo y exagerados, cargados de muecas, así como sus películas más comedidas como “El show de Truman“, “¡Olvídate de mi!” o “Man on the Moon“. Aunque se llevó un Globo de Oro 1999 y 2000 por su interpretación en “The Truman Show” y “Man on the Moon” creemos que alguna de ellas hubiese merecido el Oscar, pero arrastraba una fama de payaso que impedía que Hollywood se lo tomase en serio.

Entre su lista de mejores películas no consta “Un loco a domicilio” (“The cable guy“), aunque el paso del tiempo le ha otorgado un aroma de obra de culto. Dirigida por Ben Stiller, que también ha hecho sus pinitos detrás de las cámaras, y protagonizada con brillantez por un Jim Carrey en su mejor momento y cuando era el actor mejor pagado de Hollywood, nos contaba como Steven Kovacs, un joven arquitecto que acaba de romper con su novia, se muda a un nuevo apartamento y pretende instalar en su casa un servicio de televisión por cable de forma gratuita. Para ello se pone en contacto con Ernie “Chip” Douglas, un instalador un tanto peculiar, que busca incansablemente un amigo con el que compartir su vida. Desde el momento en el que el ‘The Cable Guy‘ entra en casa de Steven, intenta adentrarse en la vida de éste hasta convertirla en todo un infierno. Poco a poco Chip se va convirtiendo en un tipo peligroso e imprevisible, capaz de hacer cualquier cosa por mantener la incipiente amistad con su cliente.

Un loco a domicilio“, que en su reparto también contaba con Matthew Broderick, Jack Black, Owen Wilson o el mismo Ben Stiller haciendo doblete a un lado y otro de la cámara, entre otros, es una comedia negra que no funcionó en los cines. Bueno, eso es un decir porqué costó 47 millones de dólares y recaudó más del doble, para nada un batacazo, pero las críticas fueron negativas. Seguramente porqué los espectadores esperaban algo parecido a lo que venía haciendo Jim Carrey en los últimos tiempos, como los “Dos tontos muy tontos” de los hermanos Farrelly en las que el slapstick y el humor grueso arrancaba carcajadas, la comedia gestual y descerebrada, y los críticos no la supieron entender. Demasiada crítica ácida e inteligente para espectadores deseando humor simplón.

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