Olvidarse de las cosas es un suceso tan normal como recordarlas, y aún desconocemos bastante los mecanismos de nuestro cerebro para ambos procesos. Al parecer la dopamina tendría alguna participación en ello, tanto en el aprendizaje y la fijación de los recuerdos como en el olvido de las experiencias vividas. Aunque de momento es imposible poder escoger qué olvidar y qué recordar para siempre, los neurocientíficos estudian cómo ayudarnos a potenciar la memoria y también cómo evitar que los recuerdos traumáticos nos afecten.
“Sunshine of the Spotless Mind” (titulada “¡Olvídate de mí!” en España en una nueva demostración de la estupidez de los distribuidores rebautizando las películas a su antojo) es una película de Michel Gondry, escrita por Charlie Kaufman, que explora justamente esta posibilidad que hemos planteado: Joel descubre que su novia Clementine ha hecho que borren de su memoria todos los recuerdos de su relación y, desesperado, se pone en contacto con el creador del proceso para borrarla a ella de su memoria. Pero a medida que los recuerdos de Clementine desaparecen de la memoria de Joel, se da cuenta que la sigue queriendo.
Ganadora del Oscar a mejor guión original, con unas buenas interpretaciones de Jim Carrey y Kate Winslet como un comedido Joel y una impulsiva Clementine, bien acompañados por Kirsten Dunst, Mark Ruffalo, Elijah Wood y Tom Wilkinson, entre otros, la película del director francés Gondry no es fácil… como no lo es ninguna de las películas de su filmografía ni ninguno de los guiones de Kaufman. No es, aunque su título en castellano pueda parecerlo, una comedia romántica. Tampoco es, pese al uso de tecnología futurista, una película de ciencia-ficción. Es un bien hilado drama costumbrista que retrata el lado más amargo del amor, del desamor y del fin del amor, y del que conocemos el triste desenlace desde el principio.
“¡Olvídate de mí!” (Michel Gondry, 2004)

Pues yo la disfruté, no me pareció tan absurda porque, bueno, ya se veía que algo raro iba a pasar.…